Noticias | - 11:10 am


Lea la Biblia en un año : Día 62º

Lea la Biblia en un año : Día 62º

Exodo 13

Dedicación de los primeros hijos varones

13 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Dedícame a todos los primeros hijos varones del pueblo de Israel. Todo primer nacido, tanto de los seres humanos como de los animales, me pertenece».

Entonces Moisés dijo a los israelitas: «Este es un día para recordar por siempre: es el día que salieron de Egipto, donde eran esclavos. Hoy el Señor los sacó con la fuerza de su mano poderosa. (Recuerden no comer nada que contenga levadura). Este preciso día, a comienzos de la primavera, en el mes de abib,[a] ustedes fueron liberados. Una vez que el Señor los haga entrar en la tierra de los cananeos, los hititas, los amorreos, los heveos y los jebuseos, deberán celebrar este suceso cada año, en este mes. (Él les juró a sus antepasados que les daría esa tierra, una tierra donde fluyen la leche y la miel). Durante siete días tendrán que preparar sin levadura el pan que coman. Entonces el séptimo día celebrarán una fiesta al SeñorEn esos siete días, coman pan sin levadura. De hecho, durante ese período, no debe haber pan con levadura ni ningún rastro de levadura dentro de su territorio.

»El séptimo día, darán a sus hijos la siguiente explicación: “Hoy celebro lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto”. Este festival anual será para ustedes una señal visible, como una marca grabada en la mano o en la frente, que les recuerde recitar siempre esta enseñanza del Señor: “Con mano fuerte, el Señor los rescató de Egipto”[b]10 Por lo tanto, cumplan el decreto de este festival cada año, en la fecha señalada.

11 »Cuando el Señor cumpla la promesa que les juró a ustedes y a sus antepasados, esto es lo que deben hacer: el día que él les dé la tierra donde actualmente viven los cananeos, 12 deberán presentar al Señor todo primer hijo varón y toda primera cría macho de los animales, porque a él le pertenecen. 13 Para recuperar la primera cría de un burro, podrán pagar rescate al Señor entregando como sustituto un cordero o un cabrito; pero si no pagan rescate para recuperarlo, tendrán que quebrarle el cuello al animal. Sin embargo, tienen la obligación de pagar rescate por todo primer hijo varón.

14 »En el futuro, sus hijos les preguntarán: “¿Qué significa todo esto?”, y ustedes les dirán: “Con la fuerza de su mano poderosa, el Señor nos sacó de Egipto, donde éramos esclavos. 15 El faraón se puso terco y por nada quiso dejarnos salir, entonces el Señor mató a todos los primeros hijos varones en toda la tierra de Egipto y también a los machos de las primeras crías de los animales. Por eso ahora sacrifico a todos los machos primer nacidos al Señor, pero siempre pagamos rescate para recuperar a los primeros hijos varones”. 16 Esta ceremonia servirá como una marca grabada en la mano o en la frente. Es un recordatorio de que el Señor nos sacó de Egipto con la fuerza de su mano poderosa».

Desviación de Israel en el desierto

17 Cuando por fin el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los guio por el camino principal que atraviesa el territorio filisteo, aunque esa era la ruta más corta a la Tierra Prometida. Dios dijo: «Si los israelitas llegaran a enfrentar una batalla, podrían cambiar de parecer y regresar a Egipto». 18 Por eso Dios los hizo dar un rodeo por el camino del desierto, hacia el mar Rojo.[c] Así los israelitas salieron de Egipto como un ejército preparado para la batalla.[d]

19 Moisés llevó consigo los restos de José, porque José había hecho jurar a los hijos de Israel que así lo harían cuando dijo: «Pueden estar seguros de que Dios vendrá a ayudarlos. Cuando eso suceda, llévense de aquí mis restos con ustedes».

20 Entonces los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, al límite del desierto. 21 El Señor iba delante de ellos, y los guiaba durante el día mediante una columna de nube y les daba luz durante la noche con una columna de fuego. Esto les permitía viajar de día y de noche. 22 El Señor nunca quitó de su lugar, delante de ellos, la columna de nube ni la columna de fuego.

Lucas 17

Enseñanzas acerca del perdón y la fe

17 Cierto día, Jesús dijo a sus discípulos: «Siempre habrá tentaciones para pecar, ¡pero qué aflicción le espera a la persona que provoca la tentación! Sería mejor que se arrojara al mar con una piedra de molino alrededor del cuello que hacer que uno de estos pequeños caiga en pecado. Así que, ¡cuídense!

»Si un creyente[a] peca, repréndelo; luego, si hay arrepentimiento, perdónalo. Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».

Los apóstoles le dijeron al Señor:

—Muéstranos cómo aumentar nuestra fe.

El Señor respondió:

—Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol de moras: “Desarráigate y plántate en el mar”, ¡y les obedecería!

»Cuando un sirviente vuelve de arar o de cuidar las ovejas, ¿acaso su patrón le dice: “Ven y come conmigo”? No, le dirá: “Prepara mi comida, ponte el delantal y sírveme mientras como. Luego puedes comer tú”. ¿Y le agradece el amo al sirviente por hacer lo que se le dijo que hiciera? Por supuesto que no. 10 De la misma manera, cuando ustedes me obedecen, deben decir: “Somos siervos indignos que simplemente cumplimos con nuestro deber”.

Diez hombres son sanados de lepra

11 Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. 12 Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia, 13 gritando:

—¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros!

14 Jesús los miró y dijo:

—Vayan y preséntense a los sacerdotes.[b]

Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra.

15 Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!». 16 Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano.

17 Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?». 19 Y Jesús le dijo al hombre: «Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado[c]».

La venida del reino

20 Un día, los fariseos le preguntaron a Jesús:

—¿Cuándo vendrá el reino de Dios?

Jesús contestó:

—No pueden descubrir el reino de Dios por medio de señales visibles.[d] 21 Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes.[e]

22 Entonces dijo a sus discípulos: «Se acerca el tiempo en que desearán ver el día que el Hijo del Hombre regrese,[f] pero no lo verán. 23 Algunos les dirán: “Miren, allí está el Hijo del Hombre” o “Aquí está”, pero no los sigan. 24 Pues, así como el relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro, así será el día[g] cuando venga el Hijo del Hombre. 25 Pero primero el Hijo del Hombre tiene que sufrir terriblemente[h] y ser rechazado por esta generación.

26 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. 27 En esos días, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco y llegó el diluvio y los destruyó a todos.

28 »El mundo será como en los días de Lot, cuando las personas se ocupaban de sus quehaceres diarios—comían y bebían, compraban y vendían, cultivaban y edificaban— 29 hasta la mañana en que Lot salió de Sodoma. Entonces llovió del cielo fuego y azufre ardiente, y destruyó a todos. 30 Sí, será “todo como siempre” hasta el día en que se manifieste el Hijo del Hombre. 31 Ese día, la persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. La persona que esté en el campo no regrese a su casa. 32 ¡Recuerden lo que le pasó a la esposa de Lot! 33 Si se aferran a su vida, la perderán; pero si dejan de aferrarse a su vida, la salvarán. 34 Esa noche, dos personas estarán durmiendo en una misma cama; una será llevada y la otra, dejada. 35 Dos mujeres estarán moliendo harina juntas en un molino; una será llevada, la otra será dejada[i]».

37 Los discípulos le preguntaron:

—¿Dónde sucederá eso, Señor?[j]

Jesús les contestó:

—Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.[k]

Job 32

Eliú responde a los amigos de Job

32 Los tres amigos de Job no quisieron responderle más porque él insistía en su inocencia.

Entonces Eliú, hijo de Baraquel el buzita, del clan de Ram, se enojó, porque Job no quería admitir que había pecado y que Dios tenía razón cuando lo castigó. También se enojó con los tres amigos de Job porque, al no lograr refutar los argumentos de Job, hacían parecer que Dios[a] estaba equivocado. Eliú había esperado que los demás hablaran con Job porque eran mayores que él; pero cuando vio que ellos ya no tenían respuesta, habló con enojo. Eliú, hijo de Baraquel el buzita, dijo:

«Yo soy joven, y ustedes, ancianos;
    por eso me contuve de decirles lo que pienso.
Me dije: “Los que tienen más edad deben hablar
    porque la sabiduría viene con los años”.
Sin embargo, hay un espíritu[b] dentro de las personas,
    el aliento del Todopoderoso en ellas,
    que las hace inteligentes.
No siempre los ancianos son sabios;
    a veces las personas de edad no comprenden la justicia.
10 Así que, escúchenme
    y déjenme decirles lo que pienso.

11 »He esperado todo este tiempo
    prestando mucha atención a sus argumentos,
    observando cómo buscaban a tientas las palabras.
12 He escuchado,
    pero ninguno de ustedes ha logrado refutar a Job
    ni responder a sus argumentos.
13 Y no me digan: “Él es demasiado sabio para nosotros;
    solo Dios podrá convencerlo”.
14 Si Job hubiera estado discutiendo conmigo,
    ¡yo no le respondería con la misma lógica que ustedes!
15 Ustedes se sientan ahí desconcertados
    sin nada más que decir.
16 ¿Seguiré esperando ahora que se han quedado callados?
    ¿Permaneceré en silencio yo también?
17 No, sino que daré mi opinión
    y expresaré lo que pienso.
18 Pues estoy lleno de palabras contenidas
    y el espíritu que hay en mí me obliga a hablar.
19 Soy como un barril de vino sin respiradero;
    ¡como un cuero de vino a punto de estallar!
20 Tengo que hablar para encontrar alivio,
    así que déjenme dar mis respuestas.
21 No haré favoritismos
    ni intentaré adular a nadie.
22 Pues si intentara usar la adulación,
    pronto mi Creador me destruiría.