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Te encuentras en una línea y se está moviendo, pasito a pasito.
Te encuentras en una línea y se está moviendo, pasito a pasito. Miras que la otra línea se está moviendo más rápido y te mueves para avanzar. La línea a la que te moviste llega a un alto y la línea donde estabas empieza a avanzar. Al ver esto te irritas y te pones hasta tembloroso/a. Por este alboroto te das la vuelta y dejas todo.
Tú, amigo/a, estas sufriendo de la angustia de la impaciencia.
Pero, ¿qué es tener paciencia?
Existen personas que argumentan que el atributo más importante de contener cuando se hace un plan de cambio de vida es la paciencia. Sin la paciencia uno no puede dedicarle tiempo al razonamiento de las decisiones que se hacen.
La paciencia es poder, pero en la vida hay ciertas situaciones que hace que nuestra paciencia se acabe, como el ejemplo de estar en línea. Hay muchas personas que la dan la espalda a todo y dejan todo en el olvido por no tener paciencia.
Pero, ¿qué es tener la paciencia verdadera?
“Confía callado en el Señor y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas”. (Salmos 37:7) La Palabra de Dios nos recuerda que la paciencia verdadera comienza cuando confiamos en el Señor, porque hay muchas cosas a nuestro alrededor que está fuera de nuestro control. Para heredar la paciencia que el Señor Jesús promete, uno no puede preocuparse por lo que otro tiene, sino que su tiempo viene porque Él honrará.
La paciencia verdadera significa firmeza de ánimo y ser tolerante mientras se espera que las cosas sucedan.
Por ejemplo, la paciencia, cuando es atribuida por Dios, significa que Él tolera pacientemente cualquier iniquidad, no se dejará llevar por la ira ni furor, lo que podría significar la destrucción del hombre.
En eso se manifiesta el amor porque los hombres están caracterizados por fallas y pecados constantes y, aun así, Dios se mantiene paciente debido a Su gran misericordia.
Cuando manifestamos este fruto, soportamos las provocaciones ajenas porque sabemos que el Señor Jesús también soporta nuestros pecados, a causa de Su gran paciencia. (Las obras de la carne y el Fruto del Espíritu, Obispo Edir Macedo)
Las Sagradas Escrituras nos recuerda una vez más sobre la importancia de la paciencia verdadera:
“…con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor…” (Efesios 4:2) El mejor ejemplo de que tenemos es el amor y la misericordia que el Señor Jesús nos tiene todos los días cuando nos equivocamos. Este mismo ejemplo debemos aplicar en nuestra vida siempre.
Si usted o alguien que conoce desea encontrar la Paciencia Verdadera, acompáñenos los miércoles con el estudio del Fruto del Espíritu Santo a las 7am, 10am, 4pm, principalmente 7pm en el 703 S Broadway, Los Ángeles, California 90014 o en la Universal más cercana a usted.
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