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Laodicea (parte 2)

Laodicea (parte 2)

El Señor Jesús usó el lenguaje de caliente, frío y tibio porque Laodicea no tenía fuente de agua natural. Toda el agua de la ciudad venía por ductos de dos ciudades vecinas: Colosas, que tenía una fuente de agua fría; y Hierápolis, que tenía una fuente termal, con agua caliente. Pero, por la distancia recorrida, cuando el agua llegaba a Laodicea, tanto la fría como la caliente ya estaban tibias… Es decir, no servía ni para refrescar ni para curar.

Así era la situación espiritual de Laodicea y continúa siendo la de muchos cristianos hoy. Por la distancia de la Fuente de Aguas Vivas, los cristianos que viven lejos de la Palabra de Dios, del ayuno y de la oración, del fervor de la práctica de la fe (de la fe, no de la mera práctica religiosa) se van entibiando espiritualmente hasta no marcar ninguna diferencia en el medio donde viven. Materialmente, no les falta nada, pero en realidad les falta todo, pues les falta lo principal: la llama viva del Espíritu de Dios dentro de sí.

Lamentablemente, muchos cristianos creen que marcan la diferencia en el medio en el que viven al responder a provocaciones, al pelear con grupos defensores de los homosexuales y al participar de paseos. Sin embargo, la diferencia que el cristiano hace en la sociedad es — principalmente — por medio de su comportamiento y de su ejemplo de carácter. Siguiendo la orden del Señor Jesús:

Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la misma manera. — Lucas 6:31

La tibieza espiritual no siempre es visible a simple vista. En la mayor parte de los casos, el tibio parece perfectamente sano por fuera. Pero no sirve frecuentar la iglesia, cantar alabanzas, memorizar versículos, evangelizar, ayunar religiosamente y no practicar ningún acto ilícito exteriormente, si usted no vive en obediencia a la Palabra de Dios en las cosas que nadie logra ver.

Vivir la Palabra de Dios y la práctica de la fe es, sobre todo, obedecer al Señor Jesús. Y eso incluye perdonar a los que nos ofenden, orar por los que nos persiguen, amar a los que no nos aman y llevar la luz por donde estemos. La única manera de conseguir vivir esta Palabra es ser llenos por el Espíritu Santo. Meras prácticas religiosas o discurso religioso no tienen validez para Dios. Lo que Él realmente toma en cuenta es la obediencia a Su Palabra.

Evalúe su condición actual. ¿Usted ha sido caliente, frío o tibio? Si nota que está como la iglesia de Laodicea, aproveche la oportunidad y abra la puerta para que el Señor Jesús cambie su situación espiritual, antes de que sea tarde.

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego 
Autor: Obispo Renato Cardoso

Si le interesa lea también: Laodicea (parte 1)

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