Noticias | - 11:32 am
Primero: Ella teme al Señor.–Y ese temor hace que vea al marido como si fuese el Señor Jesús, incluso si es incrédulo.
“La mujer que teme al Señor, ésa será alabada” (Proverbios 31:30).
Segundo: Ella es sabia.–Por eso habla poco o incluso sólo lo necesario. Cuando la persona habla mucho es porque es egoísta, y siempre quiere imponer a los otros sus ideas y pensamientos.
“El que guarda su boca, guarda su alma; más el que mucho abre sus labios tendrá calamidad” (Proverbios 13:3).
Tercero: Ella es discreta.– Nunca procura llamar la atención de los otros. Su comportamiento es contrario al de las mujeres del mundo. Su hablar es suave, sus vestidos son discretos. Su rostro puede estar maquillado, pero no enmascarado; su cabello peinado, pero no de forma exótica.
“Como zarzillo de oro en el hocico de un cerdo, es la mujer hermosa y apartada de razón” (Proverbios 11:22).
Cuarto: Ella es virtuosa.–La mujer virtuosa es aquella que procura cuidar mucho más de su corazón que de su cuerpo. Tiene, como fragancia en su cuerpo, la plenitud de la presencia del Espíritu Santo.
“Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden” (2 Corintios 2:15).
Continuará…
Libro: El Perfil de la Mujer de Dios
Autor: Obispo Edir Macedo