Temas de conversación para promover la comunicación familiar

Es importante mantener una comunicación fluida con los hijos desde que son pequeños y crear un espacio de confianza entre todos para que puedan hablar de sus inquietudes y sentirse apoyados por su familia. Además, la conversación entre adultos y niños enriquece el vocabulario, mejorando su desarrollo social y emocional.

¿Cómo mejorar la comunicación con los hijos?

• Poner toda la atención cuando nuestros hijos quieren hablar sobre algo; dejando de lado teléfonos, televisión u otras distracciones. Si en ese momento no podemos mantener esa comunicación se lo haremos saber de manera que pueda comprender que no es el momento pero que pronto retomaremos esa conversación.
• Como adultos debemos comunicar nuestra posición de una manera firme pero calmada, sin tener que recurrir a gritos o enfados.
• Hablar con los hijos les permite expresar sus sentimientos y emociones por lo que es una manera de demostrarles nuestro reconocimiento y apoyo.
• Son muchos los asuntos a los que deben enfrentarse en su día a día desde que son pequeños, por lo que muchas veces es mejor tomar la iniciativa y preguntarles directamente qué saben sobre temas complicados como el bullying o aquellos relacionados con la etapa adolescente.

El arte de la conversación es en gran medida el de hacer buenas preguntas; aquellas que permitan que afloren los pensamientos, los sentimientos y las experiencias de los demás. Podemos utilizar los siguientes temas de conversación, típicos de la hora de la cena o de cualquier otro tipo de reunión.

• ¿Qué opinas sobre este tema?

Nuestros hijos reciben información continuamente sobre temas de actualidad. Es clave detectar si hay una cuestión que les preocupa e intentar aclarar las dudas que tengan y entender qué es aquello que ocupa sus pensamientos.

• ¿Qué crees que puedes conseguir este año?

Tener metas nos motiva y conseguirlas nos aporta gran satisfacción. Hablarlo les ayudará a plantearse nuevos retos, y de la misma manera, podemos sincerarnos con ellos sobre aquello que queremos conseguir, sus perspectivas pueden ser diferentes a las nuestras y nos ayudará a ver opciones que no habíamos pensado.

• ¿Cómo habrías actuado tú en mi lugar?

Es habitual que no compartamos la misma visión sobre una situación concreta, sobre todo cuando los hijos son adolescentes. Intentar conversar con los hijos sobre estos temas, nos ayudará a nosotros y a ellos a intentar entender de forma diferente lo sucedido.

• ¿Cuál es tu libro favorito? o ¿qué película recuerdas más?

Según la edad de nuestros hijos, deberemos moderar la manera de dirigirnos a ellos. Cuando son pequeños podemos entender y valorar su desarrollo cognitivo a través de preguntas sencillas para nosotros como ¿quién es tu mejor amigo? o ¿qué animal te gusta más? seguido de un ¿por qué razón?, pero pueden resultar algo complejas para ellos porque les estamos invitando a razonar su criterio. Cuando los hijos son más mayores, profundizar con preguntas es clave para ayudarnos a conocerlos mejor. Además, a todos nos gusta hablar de nuestros gustos e intereses.

• Si pudieses cambiar algo en tu vida ¿qué sería?

La mejor manera de saber si algo falla en su vida es preguntarles directamente qué es aquello que les gustaría cambiar. A través de este conocimiento, seremos más conscientes de cuáles son sus preocupaciones, sus preferencias y de aquello que les ha afectado.

• ¿Sientes que has ayudado a alguien en los últimos meses?

Si queremos saber si entre las cualidades desarrolladas por nuestros hijos se encuentran la generosidad por los demás y el altruismo, primero deberemos practicar con el ejemplo y segundo interesarnos a través de este tipo de preguntas y cómo se han sentido al hacerlo, de esta manera sabremos también qué significado le dan a esto.

En definitiva, la mejor herramienta para mejorar la comunicación es hablar con ellos y escuchar de forma activa sus necesidades, abriendo un espacio de confianza en el que puedan sentir apoyo pero también en el que les hagamos sentir como iguales, mostrándoles nuestras inquietudes y visiones de la vida.

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