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Promesas a Filadelfia

Apocalipsis

Promesas a Filadelfia

“Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado Mi palabra y no has negado Mi nombre. He aquí, Yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que Yo te he amado. Porque has guardado la palabra de Mi perseverancia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.”Apocalipsis 3:8-10

La iglesia de Filadelfia tenía poco poder porque vivía entre los de la sinagoga de Satanás, los falsos judíos que usaban la mentira para perseguirla. Aun así, los cristianos de allí sacaban fuerza del acto de guardar la Palabra del Señor Jesús, que es la verdad.

A veces, parece que la mentira prevalece sobre la verdad, y los falsos sobre los verdaderos. A fin de cuentas, una mentira se esparce con rapidez, el mentiroso gana notoriedad, y sus víctimas, los verdaderos, son humillados y parecen débiles. Dios permite que eso suceda durante un tiempo para probar y revelar a los falsos y a los verdaderos, quién es trigo y quién es cizaña. Al final, los que permanecen en la verdad, en la práctica de la Palabra de Aquel que es Verdadero, serán justificados públicamente por Él. Quedará bien claro, incluso para los falsos, que el Señor Jesús amó a los que son de la verdad y Se agradó más de su ofrenda que de la de los mentirosos.

Aunque usted parezca débil, no tenga muchas condiciones humanas o sufra en las manos de los falsos, fortalézcase con esta promesa del Señor Jesús:

“Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona. Al vencedor le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de Mi Dios, y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”Apocalipsis 3:11-13

Hay dos cosas en esta carta que se refieren a la localización de Filadelfia. La ciudad estaba situada en una región propensa a terremotos. Hay registros de un gran terremoto que destruyó a la ciudad en el año 17 d. C. Debido a los constantes temblores sísmicos, los habitantes de Filadelfia solían salir de sus casas para acampar, temporalmente, en tiendas fuera de la ciudad, por miedo. En este contexto, tiene sentido la promesa: “Al vencedor le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí”. ¡Imagínese si aquellos que vivían inseguros y en constante miedo de la muerte recibieran la promesa de la estabilidad máxima de ser una columna en el Templo de Dios, del cual nunca más necesitarían salir o huir!

¡Quien es columna en el Templo de Dios nunca debe temer a quien es integrante de la sinagoga de Satanás!

Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego 
Autor: Obispo Renato Cardoso 

Si le interesa lea también: Filadelfia (Parte 2)

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