La mujer agradecida

LA MUJER AGRACIADA. Sales a dar una vuelta después de una larga jornada de trabajo pensando que te relajarás después de un día tan agotador, hasta que eres maltratada por la vendedora de una tienda, por la persona que está conduciendo detrás de ti o por aquel miembro de la iglesia a quien no le gustó que te hayas puesto en su sitio… Es frustrante tener que vivir con tanta grosería hoy en día, pero es como el Señor Jesús dice respecto al final de los tiempos, “el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). ¡Esto es sólo el comienzo de tiempos peores!

Para algunas personas, amor es solamente una palabra que aparece en las canciones o un sentimiento de fantasía capaz de llevar a muchas personas a la muerte. Sin embargo, para aquéllas que son de Dios, es verdadero y fácilmente percibido por todos los que están a su alrededor, cristianos o no. Su amor no depende de las circunstancias:  Es incondicional.

Existen millones y millones de mujeres en este mundo y, entre ellas, existen aquéllas que son agraciadas mujeres de Dios. Tienen ese amor dentro de ellas, que las impulsa a servir, agradar a los demás incluso cuando saben que nunca serán retribuidas por lo que hicieron. La Biblia dice que la mujer agraciada alcanza la honra (Proverbios 11:16); en otras palabras, aunque atraviese por momentos de tribulación y malentendidos, su honra nunca es tocada.

También existen algunas mujeres que no tienen el menor interés en ser agraciadas con otras personas y siempre se ponen en situaciones vergonzosas.  A veces, ponen incluso a sus maridos e hijos en tales circunstancias.  El hablar mal de los otros, las críticas, las groserías, la falta de paciencia, el nerviosismo y aquella típica cara enfadada, son apenas unos ejemplos que dejan claro por qué esas mujeres nunca son honradas.  Algunas dicen que merecen el respeto y la honra de sus hijos, amigos y familiares debido a su duro trabajo y a sus muchos sacrificios; pero, ¿cómo podrán respetar a alguien que habla mal de los demás y practica lo malo?

Escucho a muchas mujeres hablando sobre la Biblia y sobre Dios, pero las “únicas que verdaderamente me bendicen son aquéllas que viven la Biblia y a Dios en sus vidas. Estas mujeres son especiales, dignas de honra y respeto. Lo importante no es lo que tú predicas, sino lo que vives. Si te consideras una mujer de Dios y te permites ser grosera, chismosa y desconsiderada con los demás, es que todavía no conoces al Dios a quien tú dices pertenecer. Dios no es sólo amor – Él es el Verdadero Amor. Es incondicional, nunca cambia. Las personas pueden rechazarlo y decir que no creen en Él, pero, aun así, las ama. ¿Qué tipo de amor has dado a los demás últimamente? ¿El amor que sólo está presente en discursos y canciones o aquel amor que da sin esperar nada a cambio?

La mujer agraciada es cordial, educada, tiene buenas formas, es civilizada, agradable, amigable, sociable, cariñosa, generosa, buena, misericordiosa, simpática, humana, caritativa y comprensiva. Todos estos son sinónimos de ser agraciada.  Piensa en eso, pues tal vez éste sea el pedacito que te está faltando para la conversión de tu marido, de tus padres, amigos, hermanos o hijos.

Continuará…