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Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida, dice esto: Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás. No temas lo que estás por sufrir. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda. — Apocalipsis 2:8-11
Esmirna era una rica ciudad portuaria y comercial de Asia Menor, actualmente Izmir, la tercera mayor ciudad en Turquía. La iglesia cristiana que había allí era pobre y perseguida. El sufrimiento por el martirio era una característica de esta iglesia, pues su fundador, Policarpo, fue quemado vivo por los perseguidores de Roma, que no aceptaban el hecho de que los cristianos sirvan al Señor Jesús en vez de a César. Millares también fueron martirizados después de él.
La vida y la libertad fueron ofrecidas al anciano Policarpo si, tan solamente, maldijera al Señor Jesús, pero respondió: “Hace ochenta y seis años sirvo al Señor, y Él solo me ha hecho bien. ¿Cómo podría yo, ahora, maldecir lo, siendo Él mi Señor y Salvador?”
La persecución a los cristianos continuó a lo largo de los siglos. Centenas de millares (algunos estiman millones) murieron en Europa durante la Santa Inquisición entre los siglos XIII y XIX. La muerte por tortura de los que no adherían a la Iglesia de Roma fue oficialmente abolida en el siglo XIX, pero las persecuciones a la fe evangélica continúan siendo de las formas más astutas hasta los días de hoy.
Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. — 2 Timoteo 3:12
Quien se propone a seguir verdaderamente la fe cristiana tiene que saber: esta amenaza a los poderes de este mundo que no aceptan ni se sujetan al Señor Jesús. Por eso, los verdaderos cristianos siempre serán perseguidos.
La tribulación era una de las características principales de la iglesia de Esmirna, que estaba siendo triturada por la persecución. Pero, sin querer, sus perseguidores contribuyen para aumentar la calidad de obra, de fe y de fidelidad de los cristianos de aquella ciudad al Señor Jesucristo.
Dios permite que todos los que son realmente de Él pasen por el tamiz de las tribulaciones, para su propio beneficio. De lo contrario, Él jamás lo permitiría.
Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego
Autor: Obispo Renato Cardoso
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