Noticias | - 8:49 am
El FBI sólo puede realizar ese tipo de registros con autorización judicial, y para concederla el juez tiene que valorar como probable que se haya cometido un delito.
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, aseguró el pasado lunes que agentes del FBI habían entrado para practicar un registro en su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida). Ni la agencia de investigación ni el Departamento de Justicia han dado explicaciones sobre la actuación, pero la causa del registro puede haber sido que el expresidente presuntamente llevó documentos con información secreta a esta residencia.
El magnate está inmerso en varios casos judiciales; primero por sus intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020 y su posible responsabilidad en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, y segundo por sus negocios y declaraciones fiscales, que también están siendo investigadas.
Hace unos meses surgieron sospechas de que se había llevado documentos oficiales clasificados como secretos de la Casa Blanca. Los presidentes están legalmente obligados a conservar los documentos que manejan mientras están en el cargo y a entregarlos a los Archivos Nacionales al término de su mandato.
“Después de trabajar y cooperar con las agencias gubernamentales pertinentes, esta incursión no anunciada en mi casa no era necesaria ni apropiada”, afirmó Donald Trump, quien tardó meses en devolver 15 cajas con documentos que le habían sido reclamadas por los Archivos Nacionales. Tras conocerse la noticia, algunos de sus seguidores se desplazaron a las inmediaciones de la residencia con banderas de Estados Unidos en apoyo al expresidente.
El historiador y periodista Garrett M. Graff explicaba recientemente que el registro de la casa de Trump implica que no solo el Departamento de Justicia sino también un juez federal independiente firmó la orden. Eso supone que el juez valora que es probable que se haya cometido un delito y es posible que se encuentren más pruebas en Mar-a-Lago.
Un procesamiento a Donald Trump es uno de los factores que podría impedir que se presentase a los comicios de las próximas elecciones, sin embargo, una actuación judicial podría también acentuar aún más la polarización política que divide a la sociedad estadounidense.
Mar-a-Lago fue construido por la heredera multimillonaria y filántropa Marjorie Merriweather Post, que a su muerte, en 1973, lo dejo al Servicio de Parques Nacionales con la esperanza de que pudiera utilizarse para visitas de Estado o como un lugar de descanso invernal para los presidentes de Estados Unidos. Sin embargo, los costes de mantenimiento superaban los fondos aportados por Post y la propiedad fue devuelta a la Fundación Post por una ley del Congreso en 1981. Donald Trump compró la mansión en 1985 por unos 10 millones de dólares; tiene 126 habitaciones y más de 100.000 pies cuadrados.
Fuente Consultada: The New York Times
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