Ambos habían crecido en el seno de familias disfuncionales

Su constante ingesta de alcohol lo hacían un hombre violento

Ellos pasaban un momento muy triste tanto como padres y como pareja. Ambos habían crecido en el seno de familias disfuncionales llenas de odio y conflictos donde el alcohol marcaba una gran presencia y era el causante de tanta violencia en sus respectivos hogares. Una vez siendo adultos la vida los juntó como pareja, y aunque el amor estuviera presente era imposible con sus maldiciones hereditarias no se cruzaran causando un gran daño en el núcleo familiar. Ambos tenían vidas disfuncionales.

Él vacilaba en sus deberes como esposo y padre, puesto que su constante ingesta de alcohol lo hacían un hombre violento que maltrataba a su esposa física y psicológicamente. Quienes estaban percibiendo y sufriendo de este ambiente eran sus hijos, quienes estaban acorralados por la maldición hereditaria que cargaban sus padres.

Se separaron en búsqueda de una solución a sus problemas, persistieron como pareja probando asistir no solo a diferentes religiones sino incluso a tocar la puerta de los trabajos esotéricos.

Un día la familia Oliva tuvo la oportunidad de conocer la Iglesia Universal, un lugar donde pudieron encontrarse con Dios y reconstruir a su familia, desde ese momento sus vidas han cambiado. Gracias al Espíritu Santo son una familia feliz.

Testimonio familia Oliva.

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