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Es un mito que corre entre los solteros desesperanzados de encontrar un amor
Y fracase, invariablemente. Si usted quiere dejar de equivocarse, especialmente en el amor, deje de oír a su corazón. El corazón es la voz de sus sentimientos y emociones. Es el gran responsable por la mayoría de los matrimonios fracasados y otras decepciones amorosas. La mayoría de las personas que hemos aconsejado, cuyas vidas hoy están destrozadas, comenzaron simplemente haciendo lo que “sentían en el corazón”. No sea tonto. Siga a su mente, que fue hecha para pensar, evaluar y decidir. Es ella la que usa para las otras áreas de su vida. ¿Por qué en un área tan importante, su vida sentimental, no la usaría?
En los cuentos de hadas, sí. En la realidad, el amor no puede superar a la determinación de una persona de persistir en la equivocación. Si ustedes se aman, pero insisten en hacer lo que es malo para la relación, la unión de ustedes no va a resistir. El creciente índice de divorcios está ahí para probar eso. Es necesario más que amor para superar problemas y mantener una relación. Inteligencia, sentido común, humildad, sacrificio, autonegación y otras virtudes también son necesarias más allá de buenas habilidades, para resolver problemas inherentes a la vida de a dos.
El amor incondicional es un mito porque confunde amor con relación. ¿Puede haber amor sin condiciones en la relación? Piense. Mi amor por Cristiane exige condiciones como fidelidad, respeto y honestidad entre nosotros. Yo no veo cómo podríamos tener una relación sin estas y otras condiciones básicas — si ella me traicionara, me humillara o me mintiera todo el tiempo. Ni Dios mantiene una relación incondicional con nadie. Al contrario, la Biblia está llena de condiciones para que tengamos una relación con Él. ¿No es esta la razón por la cual la mayoría no tiene una relación con Dios, debido a que no quiere cumplir las condiciones? “Mi amor por ti es incondicional” suena muy romántico, pero es una utopía. No funciona así. Usted puede incluso amar a alguien, pero una relación con él sería imposible justamente por la falta de condiciones.
Este es un mito que corre entre los solteros desesperanzados de encontrar un amor. Dice que no hay casi nadie más soltero, que la mayoría de las personas “buenas para un matrimonio” ya está casada. La verdad es muy diferente. Según IBGE/PNAD, (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), el número de personas solteras solo en Brasil es de 77 millones. Eso incluye a todas las personas mayores de 15 años que declararon no estar en ninguna relación conyugal — pero no incluye a divorciados, viudos y separados (con ellos, el número supera los 85 millones). El número de solteros en nuestro país también está muy por encima del número de casados. O sea, existe más gente disponible para una relación que la que no. ¿Acaso toda esa gente realmente no sirve para casarse?
Claramente, el problema de los solteros no es la falta de personas. El problema es la falta de fe en las personas.
Cada día que pasa, las personas están perdiendo la fe en los demás. Tienen dificultad de creer, de confiar. Y con razón. Con tantas decepciones, traiciones, divorcios e inmoralidad que hemos visto por ahí, nuestra primera reacción es desconfiar de quien no conocemos. Y ahí está la raíz del problema: usted no puede confiar en quien no conoce. La confianza exige conocimiento. Usted tiene que saber, por fuentes y formas confiables, que aquella persona es digna de una relación con usted y, futuramente, de su amor y entrega total. Por eso hacemos tanto énfasis en este libro sobre la importancia de conocer a la otra persona y dejarse conocer dentro de un noviazgo.
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