Noticias | - 9:24 am
Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. (Apocalipsis 12:7-9).
Así como el diablo (en el versículo 4) arrastró con él a la tercera parte de los ángeles y los lanzó sobre la Tierra, también él fue lanzado después de no haber sido lo suficientemente fuerte contra el arcángel Miguel en esta batalla celestial. Es interesante que este ángel, y no cualquier otro, haya encabezado la batalla. El nombre “Miguel”, en hebreo, significa “¿Quién es como Dios?”. ¿Y cuál fue el pecado de Lucifer, que lo convirtió en Satanás?
“¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón: «Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte. Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo». Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto del abismo”. (Isaías 14:12-15).
Claramente, la victoria de Miguel sobre Lucifer dejó una lección inconfundible para toda la creación: ¡nadie es como Dios! Lucifer era un ángel que quiso exaltar su trono por encima de todos, pero lo que alcanzó fue lo más profundo del abismo. Así ha sido con muchas personas.
El ser humano vive buscando ser su propio dios, pues rechaza la idea de tener a alguien sobre sí. Esta falta de humildad y la incapacidad de muchos de reconocer que Dios es mayor tiene un único origen: el espíritu del propio satanás. Fue ese pensamiento que transformó ángeles en demonios, y es ese pensamiento que llevará a muchas personas al infierno con ellos. Por eso, está escrito que la rebelión es como el pecado de hechicería. Quien es rebelde al dominio y a la soberanía de Dios es como si estuviera practicando la brujería, o sea, sirviendo al diablo. Quien se rebela contra las autoridades establecidas por Dios está haciendo las obras del diablo.
Note la astucia de satanás: ¡logró engañar a la tercera parte de los ángeles y hacerla como él! Ese mismo espíritu engañador está actuando en el mundo hoy, como se dijo anteriormente, “la serpiente antigua que se llama el diablo y satanás, el cual engaña al mundo entero.” Esta es la mayor amenaza a los cristianos hoy. Si satanás logró dividir el Cielo, ¿no intentará dividir a la Iglesia?
Por tanto, cuando el Señor supo que los fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (Juan 4:1).
Estos últimos días, más que nunca, el discernimiento espiritual se ha convertido en una de las cualidades más necesarias para el cristiano. Es necesario ser vigilante para notar cuando algún espíritu está intentando alojarse en su mente y robar su fe. Estos espíritus demoníacos intentan dividir el Reino de Dios aquí en la Tierra (la Iglesia) y comienzan siempre intentando dividir las opiniones entre los hermanos. Ellos viajan por medio de un pensamiento, una idea, sugerencia, duda, o incluso por la boca de personas bien intencionadas o supuestamente cristianas. Cuidado. Vigile. Así como no se encontró más lugar para satanás en los Cielos, ¡no le deje encontrar lugar en su vida!
¡Quítate de delante de mí, Satanás! (Mateo 16:23).
Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego
Autor: Obispo Renato Cardoso
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