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La apertura del primer sello

Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía, como con voz de trueno...

Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía, como con voz de trueno: Ven. Miré, y he aquí, un caballo blanco; y el que estaba montado en él tenía un arco; se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar. (Apocalipsis 6:1-2).

Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía, como con voz de trueno: Ven. Miré, y he aquí, un caballo blanco; y el que estaba montado en él tenía un arco; se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar. (Apocalipsis 6:1-2).

Los símbolos, personajes, acciones y lugares en el Apocalipsis son pistas para su interpretación y entendimiento. Y es a partir de aquí, de la apertura de los sellos, que se tornan más importantes, por señalar acontecimientos futuros.

Los primeros cuatro sellos revelan cuatro caballos, de colores y jinetes distintos. Los caballos en la Biblia casi siempre fueron asociados a la guerra, pues otras actividades, como el transporte de cargas, se hacían en burros, bueyes y camellos. Por lo tanto, podemos tener la certeza de que el período, a partir del primer sello, inicia una era de guerras, pero no necesariamente en el sentido militar, todo el tiempo. Hay varias formas de guerra y los sellos señalarán eso.

El primer sello, por ejemplo, ya inicia con la imagen de conquista. A continuación, vamos a entender qué tipo de guerra este jinete trabará.

Caballo blanco: el color blanco, en la Biblia, es comúnmente asociado a la pureza, a la exención de culpa, al perdón y a las cosas celestiales, especialmente en el Apocalipsis. Por lo tanto, es curioso que este caballo sea blanco, a pesar de formar parte de un conjunto de juicios y flagelos que iniciarán sobre la Tierra. Algunos confunden a este jinete con el Señor Jesús, de Apocalipsis 19:11, pero no hay nada semejante entre los dos, excepto el color del caballo. Consecuentemente, todo indica que este jinete sea un impostor, un falso cristo, que iniciará el período de la apertura de los sellos con su arma principal: el engaño. El Señor Jesús profetizó que esta sería la primera de todas las señales que anunciarían el final de los tiempos:

Mirad que nadie os engañe. Muchos vendrán en mi nombre diciendo: «Yo soy el Cristo», y engañarán a muchos (…)Entonces, si alguno os dice: «Mirad, aquí está el Cristo», o: «Mirad, allí está», no le creáis. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos.(Marcos 13:5-6,21-22).

El espíritu del Anticristo es el del engaño, y es exactamente eso lo que hará. Engañará con su caballo blanco y su discurso de paz entre los pueblos. Los más grandes enemigos de la fe NO son los que abiertamente así se declaran, sino los que, astutamente, se hacen pasar por personas buenas, iluminadas, siervos de Dios y agentes del bien. En el fondo, sin embargo, son enemigos del Señor Jesús y de Su verdadero Evangelio.

La guerra trabada por el espíritu del Anticristo y de los falsos profetas no es primeramente de sangre. Esto es evidenciado en que es jinete porta un arco, pero con ausencia de flechas. Esta guerra es principalmente de ideas, creencias, leyes y argumentos cuidadosamente elaborados para engañar al mundo e, incluso, a muchos cristianos. El arco es señal de que él tiene el poder a su disposición, y la amenaza de usarlo es suficiente para vencer a sus enemigos. La imponencia de su poder y determinación de vencer serán notables. Ay de los que se interpongan en su camino…

La corona que le fue dada indica que él será victorioso contra muchos. A pesar de que tanto ese jinete como el Señor Jesús usen una corona, Juan no usa la misma palabra al referirse a ellas. En el capítulo 6, la palabra utilizada es stéphanos, una guirnalda trenzada, y, en el capitulo 19, diadema, la corona usada por reyes. La corona usada por este jinete no es una corona de rey sino de hojas, como la corona de laureles dada a los victoriosos en guerras y competencias en la época del imperio romano. Por eso, él no vencerá a los que sirven al Rey de reyes en espíritu de alerta. La creciente confusión religiosa y el debilitamiento de la Iglesia actual indican que la llegada del jinete blanco es inminente.

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego 
Autor: Obispo Renato Cardoso

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