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La apertura del cuarto sello

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: Ven. Y miré, y he aquí, un caballo amarillento...

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: Ven. Y miré, y he aquí, un caballo amarillento

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: Ven. Y miré, y he aquí, un caballo amarillento; y el que estaba montado en él se llamaba Muerte; y el Hades lo seguía. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra. (Apocalipsis 6:7-8).

El color de este caballo, en el texto original, señala al pálido amarillo verdoso, típico de un cadáver. No es por casualidad que el nombre de este jinete sea Muerte. Él viene para cortar las almas que los anteriores mataron, con poder para aumentar aún más el cuadro catastrófico dejado por las guerras y por el hambre. El jinete del caballo amarillento traerá consigo también la peste, o sea, las enfermedades que proliferarán sin control y que afectarán a millones en el mundo entero. ¡La cuarta parte de la Tierra hoy sería cerca de mil 900 millones de personas!

En el discurso apocalíptico del Señor Jesús, Él hizo alusión a las epidemias que afectarían a la humanidad durante la Gran Tribulación:

Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino;  habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo. (Lucas 21:10-11).

La situación será tan grave que los animales de la Tierra, también hambrientos y enfermos, embestirán contra las personas y las matarán. Algunos interpretan que las “fieras de la tierra” que se unirán a este jinete serán hombres crueles, violentos y salvajes que, destituidos de toda la decencia humana, atacarán a personas indefensas por pura maldad y placer, después de arrancarles cualquier bien o alimento para garantizar su propia supervivencia. La vida humana no tendrá ningún valor más.

Observe la secuencia natural de los juicios con la apertura de los sellos: la calamidad de la guerra genera escacez de alimentos, y enseguida el hambre; el hambre reduce drásticamente la calidad y la cantidad de la alimentación de las personas y de los animales; debilitadas, las personas contraen enfermedades con facilidad, que enseguida se convierten en epidemias. Sin dinero para comer, qué decir de comprar remedios, y con la limitada infraestructura de hospitales colmados, el resultado será la muerte de millones y millones.

Pero el jinete Muerte no vendrá solo. El infierno lo acompañará. La Muerte llevará el cuerpo de las personas. Y el infierno vendrá luego, llevando el alma. Inmediatamente después de la muerte, el alma tiene que ser llevada a su destino: el infierno o el seno de Abraham (Paraíso). No hay más chance de arrepentimiento ni de cambiar el destino del alma después de la muerte. Note que el entendimiento del cuarto sello es el de que, si no son todos, la gran mayoría de los que fueron alcanzados por los cuatro jinetes irán al infierno. Cuando aquellas personas piensen que sus tormentos aquí en la Tierra se habrían terminado con la muerte, estarán sólo comenzando…

Tenga bien en claro en su mente que esta no es la voluntad de Dios. El infierno no fue hecho para el ser humano, sino para el diablo, que ha arrastrado consigo a los que hacen su voluntad. Por eso, Dios dejó esta alerta en las Escrituras para que las personas se arrepientan y no pasen por este infierno, ni en la Tierra ni en la eternidad.

¿Acaso me complazco Yo en la muerte del impío declara el Señor Dios y no en que se aparte de sus caminos y viva? (Ezequiel 18:23).

¿Cuál será el destino de su alma cuando la muerte la separe de su cuerpo?

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego 
Autor: Obispo Renato Cardoso

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