Noticias | - 11:27 am
El evento especial del “Teen Power Group” fue una oportunidad única para fortalecer los lazos familiares, algo fundamental en la vida de los preadolescentes. En esta etapa de la vida, los jóvenes están en un proceso de autodescubrimiento, buscando definir su identidad en una sociedad que a menudo les presenta desafíos e inseguridades. A medida que entran en la adolescencia, enfrentan muchas preguntas sobre sí mismos, lo que puede generar momentos de confusión y frustración.
La familia es un pilar esencial en el crecimiento emocional y espiritual de los preadolescentes. En este contexto, es fundamental que los padres y los adultos cercanos ofrezcan un espacio de apoyo, donde los jóvenes puedan sentirse escuchados y guiados. A través de la orientación amorosa y la paciencia, los preadolescentes pueden aprender a superar sus inseguridades y construir una identidad sólida, basada en principios y valores firmes.
Una de las enseñanzas más importantes que podemos transmitirles es la de cultivar una relación íntima con Dios. La relación personal con Él es la fuente de la verdadera paz y felicidad, y es en su amor donde los preadolescentes pueden encontrar seguridad y propósito. Dios tiene un plan perfecto para cada uno, y al buscar Su voluntad, los jóvenes aprenderán a tomar decisiones que les llevarán por el camino correcto.
Además, la oración es una herramienta poderosa en la vida familiar. Orar juntos como familia fortalece el vínculo entre sus miembros y pone a Dios como el centro de todo lo que hacen. En la Biblia, en Efesios 6:1-4, se nos enseña la importancia del respeto mutuo entre padres e hijos, lo que nos recuerda que una familia unida en oración y respeto es un testimonio del amor y la voluntad de Dios.
Este tipo de momentos y enseñanzas son clave para que los preadolescentes crezcan seguros de sí mismos y preparados para enfrentar los retos de la vida con fe y determinación.