Noticias | - 8:00 am
Quinto: Ella es fuerte.–No desmaya delante de las dificultades. Al contrario, cuando aparecen los momentos difíciles, surge con la determinación de la mujer de Dios.
“Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir” (Proverbios 31:25).
Sexto: Ella es mujer de fe.–La mujer de fe es aquella que ve en las dificultades sólo nuevas oportunidades. Como dueña de la casa, sabe hacer del limón una buena limonada. Estimula la fe de su marido con palabras de ánimo y coraje.
“El corazón de su marido está en ella confiado” (Proverbios 31:11).
Séptimo: Ella es trabajadora.–La mujer de Dios nunca es perezosa, porque tiene placer en cuidar de los quehaceres de la casa, todo está en orden. No espera que los otros hagan aquello que es de su competencia.
“Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde” (Proverbios 18:15; 27).
Octavo: Ella es fiel.–La mujer de Dios no es fiel sólo a su marido, sino también a su iglesia. Su fidelidad se deja ver en su servicio en la obra de Dios.
“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes” (Lucas 8:1-3).
Noveno: Ella es sensata.–La mujer de Dios sabe ser cuidadosa con sus palabras, especialmente cuando su marido es incrédulo. Los lamentos y reclamos nunca surten buen efecto en los oídos de quien los oye. Si es sensata, entonces sabe cómo cambiar las situaciones desagradables, en vez de estar quejándose y reclamando todo el tiempo.
“Se levanta aún de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde” (Proverbios 31:15; 27).
“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez” (Proverbios 19:20).
Décimo: Ella tiene buenos ojos.–La mujer de Dios procura ver a las demás personas como Dios las ve. Es verdad que hay personas malas y que es difícil verlas con buenos ojos, pero como ella es de Dios sus ojos siempre procuran ver el lado bueno de aquellas personas. Es mejor ser perjudicado con buenos ojos que alcanzar ventajas con malos ojos.
“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6:22-23).
Continuará…
Libro: El Perfil de la Mujer de Dios
Autor: Obispo Edir Macedo