El Cordero y los 144 mil

Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de Él y el nombre de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como el sonido de arpistas tocando sus arpas.  Y cantaban un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha delante del trono de Dios. (Apocalipsis 14:1-5).

El objetivo principal del capítulo 14 es contrastar a los adoradores de la bestia en el capítulo anterior con los verdaderos adoradores de Dios, que fueron rescatados y sellados por Él. No podría haber mayor diferencia y distancia entre ellos. Los que sirvan a la bestia tendrán su marca, serán idólatras, engañadores, dados a creencias demoníacas, amantes del dinero, inmorales, entre otros adjetivos nada agradables. Los que sirvan al Cordero, el Señor Jesús, tendrán el Nombre de Su Padre en sus frentes (simbolizando el sello de Su propiedad), rechazarán al Anticristo, amarán a Dios más que a su propia vida, vivirán puramente y morirán por la verdad. Así es la fe cristiana: quien verdaderamente la sigue presenta como un contraste a todo y a todos en este mundo. No hay mezcla ni semejanza con los falsos.

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego

Autor: Obispo Renato Cardoso

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