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Tienes que hablar con mi padre (Parte I)

Tienes que hablar con mi padre (Parte I)

Sra. Cristiane-

Renato me contactó por primera vez a través de una postal, llena de poesía, entregada en mis manos por un amigo suyo, lo guardo conmigo hasta hoy.
Fui a las nubes y volví, pues en esa época ya me gustaba, pero él no lo sabía, le mostré la carta a mi mamá, que enseguida llamó a un amigo en común para preguntar sobre las intenciones de Renato.

Algunas semanas después, ese amigo en común me invitó a conocer a Renato personalmente en la iglesia y, con autorización de mis padres, fui directo desde la escuela para llegar al final de la reunión de líderes en la que él participaba. De allá, fuimos todos juntos a comer una hamburguesa en el McDonald’s del barrio, nuestro amigo y su esposa en una mesa y nosotros dos en otra. Conversamos sobre temas que no tenían nada que ver con lo que realmente queríamos, ponernos de novio.

La segunda vez que nos encontramos fue en los estudios de una radio, en esa época, yo ayudaba a un conductor en un programa para jóvenes los sábados a la tarde, Renato llegó al final del programa y sólo tuvo tiempo para darme un chocolate y despedirnos.

Cuando llegué a casa y hable sobre la visita de Renato a la radio, mi padre se puso furioso.

– ¿Cómo? ¡Ese muchacho todavía no pidió ser tu novio! -Pero papá, no tuvimos tiempo de hablar sobre eso todavía…
-No me interesa, si él quiere hablar contigo otra vez, tendrá que pasar por mí primero y pedir autorización. ¡Si no lo hace, la próxima vez que venga a hablar contigo, se la vera conmigo!

Obispo Renato-

En mi defensa, yo no tenía la idea de esa tensión con el padre de Cristiane, en mis relaciones anteriores, nunca había tenido que hablar con el padre de ninguna novia, nunca había aprendido ese ritual, para mí, simplemente estaba haciendo lo que siempre había hecho y veía que otros lo hacían. Yo había escuchado decir cosas muy positivas sobre Cristiane y me había interesado, Si ella era linda, y lo es hasta hoy, no voy a mentir su apariencia me llamó la atención, pero yo ya había tenido novias muy lindas antes, a fin de cuentas. Mi mayor interés, sin embargo, era en la persona que me habían dicho que ella era.

Yo no quería equivocarme más, había acabado de salir de una larga relación. Entonces, quise conocerla mejor, no quería ir ya diciendo “¿Quieres ser mi novia?”, y yo ni siquiera sabía si ella gustaba de mí. Fue mucha mi sorpresa cuando la encontré nuevamente…

Continuará…

Libro: Noviazgo Blindado

Autor: Obispo Renato y Cristiane Cardoso

Si le interesa lea también: Definiendo el noviazgo, Un nuevo modelo (Parte II)

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