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Cuando una persona recibe el bautismo con el Espíritu Santo, cambia completamente sus actitudes delante de este mundo y hasta sus objetivos para con ella misma.
Cuando una persona recibe el bautismo con el Espíritu Santo, cambia completamente sus actitudes delante de este mundo y hasta sus objetivos para con ella misma. Esto sucede porque el bautizado es una persona “llamada” por Dios para hacer Su santa voluntad.
Nadie es sellado por el Señor Jesús para que viva su propia vida. Antes hay un propósito de Dios para aquella criatura. Si fuere obediente a su llamada y diere lugar al propósito de Dios, será feliz y por medio de su testimonio otros podrán alcanzar la felicidad conociendo a Jesús.
El Señor solamente se manifestará en este mundo a través de alguien lleno de su Espíritu Santo, y éste es el objetivo por el que las personas son bautizadas con el Espíritu Santo.
Uno de los mayores obstáculos para el bautismo se presenta cuando el propósito de los candidatos es contrario al de Dios. Un gran número de personas busca este bautismo sin tener un objetivo en sus vidas hacia el Señor. Otras lo desean sólo porque quieren llegar delante de los demás, y decir, llenas de orgullo, que también fueron bautizadas y son tan espirituales como el resto.
¡Los motivos por los que deseamos recibir el Espíritu Santo determinarán si lo recibiremos o no! Quien venga buscando el bautismo desde hace mucho tiempo y no lo consigue, le aconsejamos revise sus objetivos y propósitos, si los tales son para agradar a Dios o para satisfacer sus instintos carnales y demoníacos, si para hacer su voluntad o la de Aquel que le llamó.
Nadie tiene mayor interés en llenarnos de Su Espíritu que el propio Señor Jesús, ya que Él mismo dijo:
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-14).
Cuantas más personas sean selladas con el Espíritu Santo, el mundo más conocerá al Señor Jesús y Su santa voluntad para los seres humanos, teniendo en cuenta que las cosas divinas solamente pueden ser discernidas espiritualmente, o sea, a través del propio Espíritu Santo.
Mensaje substraído de: En Los Pasos de Jesús (autor: Obispo Edir Macedo)
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