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¿Por qué algunas personas pierden la fe?

¿Por qué algunas personas pierden la fe?

El diablo ha usado innumerables palabras para desestimar la fe de las personas y, consecuentemente, continuar destruyéndolas. En el momento en que el pastor empieza a pedir ofrendas, el diablo usa personas extrañas para volverse “amigas” de aquellas que aún no están afirmadas en la fe, sólo para plantar palabras de crítica, además, de usar a los parientes y amigos con el mismo objetivo.

Es impresionante la forma con la cual el diablo ha tenido relativo éxito entre las personas que ya fueron bendecidas, las cuales al entrar en la Iglesia Universal lo hicieron con muchos problemas, especialmente económicos, los que fueron rápidamente resueltos. Estas personas no andando más por la fe, empezaron a dar oídos a palabras sin fundamento. Por ejemplo: “Los diezmos y ofrendas no son obligatorios delante de la institución iglesia; da quien tiene fe para recibir multiplicado; da quien tiene motivo para dar, da quien quiere…”.

Las personas que han sido atadas por las críticas diabólicas necesitan concientizarse de que no están obligadas a dar nada en la iglesia, y menos aún a oír al pastor pidiendo, aunque sea éste un derecho de él y una obligación de él enseñar al pueblo a dar, para recibir. Al final de cuentas fue el propio Señor Jesús quien nos amonestó diciendo:

“Pedid, y se os dará…” (Mateo 7:7).

Cuando el pastor pide no está haciendo nada más y nada menos que obedecer la palabra del Señor Jesús. El diablo trabaja con palabras de crítica ante cualquier cosa dentro de la iglesia, con el fin de destruir a las personas con sus pensamientos y hacerlas olvidar de las bendiciones que ya alcanzaron.

Pero tampoco podemos desestimar la idea de que, si el diablo ha sacado ventajas de los fracasos en la fe de las personas es porque éstas, en lugar de llenarse del Espíritu Santo a través de un interés mayor en las cosas de Dios, están siempre con sus corazones llenos de ambición; no sólo aman este mundo sino las cosas dadas por él.

Cuando el corazón está puesto en las cosas de este mundo, se encuentra vacío de Dios o de todo lo relacionado con Él. Así es fácil ser preso de las trampas del diablo. Cuando el corazón no está lleno de fe, entonces es fácil ser derrotado por cualquier palabra; aunque ésta no tenga un mínimo de fundamento, producirá efectos catastróficos.

A veces las personas hacen verdaderas tempestades en un vaso de agua, pero esto sucede con aquellos cuyas mentes están muy ocupadas con las cosas de este mundo. Por eso el ejercicio de la fe es importante para el ser humano, porque mientras la práctica, está ocupado con las cosas “de lo alto” que son verdaderas y eternas y, en consecuencia, está apto para reconocer inmediatamente la voz enemiga y rechazarla de inmediato, sin permitir que habite en su corazón.

Esto mismo sucedió con el Señor Jesús cuando Él estaba diciendo a sus discípulos que tendría que sufrir muchas cosas, sería acusado, muerto, y resucitado al tercer día. Pedro, llamándole aparte empezó a reprobarlo. Pero Jesús, que vivía con la mente ocupada en las cosas de Dios y no en su propia vida, reconoció aquella voz y la reprendió inmediatamente, diciendo:

“¡Quítate de delante de mí, satanás!, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” (Marcos 8:33).

Cuando los hombres meditan respecto de las cosas de este mundo, pasan a tener un punto en común con satanás, y así éste consigue persuadirlos y destruirlos. Pero cuando el hombre percibe las cosas de Dios, a partir de la fe cristiana, pasa a tener más capacidad, fuerza y poder que el diablo y de ahí es fácil dominarlo en el nombre del Señor Jesucristo. ¡Amén!

Mensaje sustraído de: El Poder Sobrenatural de la Fe (autor: Obispo Edir Macedo)

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