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La Palabra de Dios dice: Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. Malaquías 3:18. El justo es aquel que ha tomado la decisión de entregar su vida al Señor Jesús, que ha realizado una alianza con Él, esto es, un pacto de servirlo y de seguirlo. A causa de eso, es justificado por los pecados cometidos y perdonado. Para poder ser justo delante de Dios, ¿qué es lo que usted ha buscado primero, los milagros materiales o los milagros espirituales?
Cuando una persona toma la decisión de entregar por completo su vida a Dios, de la condición de impío pasa a ser una persona justa delante de Él. ¿Porqué? Ella tomó la decisión de buscar en primer lugar los milagros espirituales, su prioridad se vuelve el Espíritu Santo. Deja a un lado sus propios planes para someterse a los planes de Dios. Eso la lleva a usar la fe sobrenatural que está orientada bajo la dirección de la Palabra de Dios y la convierte en una persona diferente de los demás y lista para marcar la diferencia.
Es muy común escuchar la siguiente frase: “Si usted quiere tener una vida diferente, tiene que hacer cosas diferentes”. Existen quienes han trabajado en diferentes profesiones, han hecho cosas diferentes con el fin de alcanzar una vida diferente, pero ¿ha cambiado algo? ¿cuál ha sido la diferencia? No me estoy refiriendo a la diferencia que el mundo promete, es la diferencia que Dios promete y esta va más allá de lo que nosotros pensamos, pedimos o imaginamos. Porque lo que Él tiene para cada uno, siempre será algo más grande y glorioso; algo que ante los ojos humanos parece imposible que va a acontecer.
Cuántas son las personas que asisten a una iglesia, buscan de Dios, pero hasta el momento ellas no ven una diferencia en su vida, porque su prioridad no han sido los milagros espirituales, porque continúan con su mismo carácter, el mismo comportamiento e incluso tienen el corazón en algo o en alguien, en lugar de tener su corazón en Dios.
Mencionaré como ejemplo un testimonio. La señora conoció de la Iglesia Universal, pero aún participando de los servicios de fe e incluso sacrificando en la Hoguera Santa su vida no se transformaba, ¿cuál era la razón? El caso de ella era el siguiente: su esposo le había sido infiel y se había ido de la casa. Ella tenía problemas espirituales (depresión, nerviosismo, insomnio…), conoce de la iglesia y comienza a participar de los servicios de fe, nada cambiaba, decidió sacrificar en la Hoguera Santa y no hubo respuesta.
Un día, indignada entró a la iglesia, en ese momento reconoció que lo más importante que debía priorizar en su vida no era tener de vuelta a su esposo, pero si el Espíritu Santo. Ella reconoció que su corazón estaba en su esposo, se humilló delante de Dios y colocó el Espíritu Santo en primer lugar. Este testimonio muestra claramente cómo la señora se tornó en alguien diferente. Lo que aconteció primero en su vida fue el milagro espiritual y eso llevó a ella a ser una mujer diferente, una mujer de Dios.
¿Qué fue lo que aconteció? Su esposo testificó que cuando él fue a visitar a sus hijos, pudo ver en ella un carácter diferente, incluso la casa estaba recogida, había comida en el refrigerador… percibió un ambiente diferente. Eso aconteció porque cuando la señora se convirtió en una mujer de Dios, todo comenzó a cambiar. Cuando una mujer se torna en una mujer de Dios, si ella cocina o limpia su casa, no lo hace sólo porque lo tenga que hacer, lo hace con toda su entrega, aunque su esposo no sea convertido, hace lo mejor, como si lo estuviera haciendo para el Señor Jesús. Y es esa diferencia que su esposo miró.
Podemos percibir la diferencia, mientras ella estaba colocando como prioridad el milagro material, todo seguía igual, pero cuando ella colocó su vida en el altar de Dios, ella fue transformada y el carácter de ella cambió. Podemos imaginar si su esposo hubiera regresado a casa y ella seguía de la misma manera, se hubieran vuelto a separar.
Así como esa señora, existen personas que colocan en primer lugar los milagros materiales, quedan con la perspectiva de querer un salario mejor, tener éxito, fama, matrimonio transformado, etc. Tienen la ilusión de estar en medio de grandezas, eso incluso acontece en nuestro medio de pastores, muchos piensan que, si ellos estuvieran en una Catedral, o si estuvieran en una determinada iglesia, las cosas serían diferentes, pero eso no cambia nada. Si la diferencia no acontece en el interior de la persona, de ninguna manera acontecerá en el exterior. Cuantas no son las personas que dejaron de dar prioridad a lo espiritual y comenzaron a darle prioridad a lo material y hoy están perdidas, porque dejaron de priorizar lo espiritual.
Estamos en la Hoguera Santa de la Diferencia, me gustaría orientarle que en esta campaña usted busque el milagro espiritual. Pida a Dios que usted quiere ser la persona que Él quiere que usted sea, que quiere tener lo que Él quiere que usted tenga, analice su corazón si está puesto en algo o en alguien y despójese de eso, para así dar lugar al Espíritu Santo. Como he recomendado en otras ocasiones, abra su biblia en Malaquías 3:18 y pida a Dios la diferencia en su ser. Incluso puede decirle que usted le quiere servir de una manera diferente. Y crea que lo que Él quiere para usted no es algo pequeño, pero si más grande de lo que usted pueda imaginarse. Si usted busca priorizar en su vida los milagros espirituales, no sólo usted verá la diferencia en su vida, sino que los demás también la verán y Él será glorificado en su vida.
Dios les bendiga.
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