Mi juventud

¡Solamente vigila para que mañana no sea demasiado tarde!

MI JUVENTUD. Ser joven y llena de vida puede ser una encerrona.  A mí, por ejemplo, me parecía que tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera, ser quien desease y disfrutar todo lo que pudiese.  Disfrutar del misterioso futuro que parecía una aventura. Pero toda esa aparente fuerza y esperanza, ocasionalmente me debilitaban.  A veces, me sentía terriblemente sola y no tenía el más mínimo deseo de salir de mi habitación.

Mi familia tenía la impresión de que todo estaba bajo control. Mis deseos parecían ser los adecuados, pero solamente Dios sabía lo que pasaba en mi corazón.  Nadie parecía ser consciente de mis luchas para librarme de todas aquellas ideas indeseables que se habían alojado en mi mente. Iba bien en el colegio y no andaba con malas compañías; pero, en mi mente… sí andaba.  Quería ser como ellos, tener lo que tenían, toda la alegría que decían poseer cuando salían aquellas noches de viernes. En lo más íntimo de mi ser, quería también tener ese estilo de vida y, aunque supiese que estaba mal, me parecía que tenía el derecho de disfrutar de mi juventud, de la misma forma que los demás jóvenes.  Las luces del mundo eran extremadamente fascinantes ante mis ojos y quería formar parte de todo aquello.

Solamente después de tener un encuentro con Dios fue cuando finalmente me di cuenta de que todas aquellas luces brillantes no eran tan fascinantes como parecían.  Empecé a ver el mundo como realmente es:  vacío.  Los videos de la MTV ya no tenían gracia, las bellas actrices ya no eran tan encantadoras, la música dejó de ser el aire que yo respiraba.  Parecía que me había mudado a otro universo.  El mundo loco del que formaba parte pasó a no tener ningún sentido para mí. Las personas que me conocían del pasado me veían como a una fanática, pues los placeres de este mundo ya no tenían ninguna gracia. De repente, mi walkman no tenía ningún sentido. Me echaba en la cama y simplemente me dormía. Ya no me quedaba escuchando música hasta el amanecer.  Era joven y, aun así, diferente de todos los demás jóvenes “Ellos me criticaban y, a cambio, yo oraba por ellos.

Hoy, muchos años después, ya no soy una adolescente, pero veo jóvenes en todos los lugares viviendo de la misma forma como vivía yo, guiados por la música y por la moda. Tienen la misma visión de la vida que yo solía tener – disfrutar mientras se es joven y lleno de vida. No se dan cuenta de que toda esa “diversión” puede traer consecuencias terribles y llenas de tristeza.

Fui bendecida por haber encontrado a Dios antes de haber cometido cualquier gran error en mi vida; no porque sea afortunada sino porque oí Su voz cuando Él habló conmigo.  Dios habla en todos los cultos de la iglesia, en cada canción, e incluso, a través de la experiencia de otras personas. Si tú quieres, puedes oírlo también. ¡Solamente vigila para que mañana no sea demasiado tarde!