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Más de 10 mil personas son atendidas en la acción social simultanea en África del Sur

Aproximadamente 800 voluntarios de la Universal llevaron comida física y una Palabra de fe a los residentes de la comunidad y las personas sin hogar en varias regiones del país.

Más de 10 mil personas son atendidas en la acción social simultanea en África del Sur

Sudáfrica es el país más afectado por la pandemia de COVID-19 en el continente africano. Excediéndose a más de 2 millones de casos y cerca de 65 mil muertes. Desde principios del mes de junio pasado, una tercera ola ha disparado en casos. Con las medidas de restricción más estrictas en las últimas semanas, además de una ola de violencia con sesgo político que ha azotado al país, varias regiones enfrentan grandes dificultades para enfrentar este escenario.

También se prohibieron las reuniones presenciales en las iglesias, que ya se estaban realizando con una capacidad reducida para 50 personas. Por lo tanto, obedeciendo a las restricciones del gobierno sudafricano y respetando los estándares de salud y la distancia social segura, los voluntarios de los grupos de la Universal en el país brindan atención social y espiritual a quienes más necesitan ayuda en este momento, en las comunidades y en las calles.

Más de 10 mil personas atendidas

Además de las oraciones y de las reuniones en línea, las visitas domiciliares y el asesoramiento individual, el 9 de julio, cuando la iglesia cumplió 44 años, una labor simultánea llegó a diferentes regiones de Sudáfrica. Más de 10,000 personas se beneficiaron de las donaciones de cajas de alimentos, ropa, paquetes de productos de higiene, mascarillas y gel de alcohol.

La voluntaria del grupo Caleb, Florence Ngidi, de 65 años, habló sobre el impacto de este trabajo. “La acción tuvo un gran impacto, ya que estamos en una pandemia y muchas personas han perdido sus trabajos. Luchan por alimentar a sus familias. Por eso, lo que hicimos les dio esperanza”, comentó.

Una de las personas atendidas por la labor fue Malifa Moshidi, de 41 años. “Estoy desempleada. Aquí somos siete personas viviendo en una choza. Me gustaría agradecer a la Universal por traer esta caja de alimentos en el momento adecuado, ya que no teníamos nada para comer”, dijo.

Asimismo, Ana Morepe, de 59 años, quien vive en el vertedero de la ciudad de Mafikeng desde hace 20 años, agradeció a los voluntarios por su labor social: “Mis hijos y yo recolectamos material para reciclar, pero no estamos recibiendo suficiente dinero para alimentarnos… Por eso estoy agradecido por la donación, ya que hace dos semanas que no tenemos comida en casa”, señaló.

Personas actualmente en las calles

Además, principalmente para las personas sin hogar, que en este momento enfrentan bajas temperaturas, se donaron mantas y comidas listas para comer. Muchos de ellos comprenden familias enteras (con niños) que buscan oportunidades en las grandes ciudades y no regresan a casa. Así como muchos jóvenes que se vuelven adictos a las drogas y hacen de la calle su hogar.

“Mi madre y yo no teníamos nada para comer ni cómo conseguir comida debido a la pandemia. Esta mañana, la Universal nos trajo comida y les agradecemos por cuidarnos”, dijo Raeeqah Daniels, de 27 años. “Durante esta pandemia, mis hijos, que me ayudaron a pagar el alquiler, perdieron sus trabajos. Y ahora vivo en la calle. No había nada para comer. Gracias por la comida que nos trajiste”, atestiguó Shirley Simons, de 59 años.

El joven Nico, de 24 años, contó lo que vive viviendo en la calle. “No muchos entienden lo que es pasar hambre. Cuando vives en la calle y pasan los días sin nada que comer. Las personas te desprecian y ni siquiera quiere mirarte por tu condición y apariencia. Pero, agradezco a la Universal por recordarnos”, dijo.

“Dios me dio la oportunidad de empezar de nuevo”

Los voluntarios como la profesora Jeanantte Kgatla, del grupo de Evangelización, no escatiman esfuerzos y dedican su tiempo a este trabajo: “Lo que el Señor Jesús nos ha dado, lo estamos devolviendo a la sociedad. Fue un placer para mí despertarme muy temprano, a pesar de que hacía mucho frío, y ya a las 6 de la mañana para estar cocinando para estas personas que estaban tan felices y agradecidas”.

En ese momento, también se puso a disposición una ducha móvil. Pudieron bañarse con agua caliente y recibir ropa limpia. Uno de los beneficiarios de esta acción fue el joven Lucky Magwaza, de 23 años, que vive en la calle desde hace 4 años.

“Mi padre fue arrestado cuando yo solo tenía un año y mi madre me abandonó. Debido al rechazo, me involucré con mal compañías. Y, antes de que se diera cuenta, ya era adicto a las drogas y vivía en la calle. No recuerdo la última vez que me di una ducha. Hoy, cuando los voluntarios me invitaron me invitaron, estaba muy feliz. El agua del baño era tan agradable y cálida. Desayuné, compré ropa nueva y luego almorcé. También recibí consejería y oración del pastor. Estoy renovado y creo que hoy mi vida empieza a cambiar, porque Dios me ha dado una nueva oportunidad para empezar de nuevo. Muchas gracias”, comentó.

Además de la comida física, una palabra de fe.

Además de la comida física, se ofrecieron consejería, oraciones y una palabra de fe, brindando una esperanza y alivio a quienes estaban desesperados, sin perspectiva de vida. Más de 800 voluntarios participaron en esta labor en todo el país.

“Ver la alegría en los rostros de las personas cuando reciben una taza de sopa y pan, que para algunos es algo tan pequeño, pero para ellos fue la primera o quizás la única comida que tomarían ese día, nos motiva a servir aún más”, dijo la peluquera Jeanette Mashaba, de 22 años, voluntario del Youth Power Group (YPG en sus siglas en inglés).

“Estoy inmensamente agradecido por lo que la Universal hace para ayudar a los menos privilegiados. No solo yo, sino muchos otros que se benefician de este trabajo. Incluso, en medio de la pandemia, no permaneció con los brazos cruzados ante la situación”, comentó el conductor de 58 años Eddie Vundla.

“Este trabajo social fue muy importante para mí. Especialmente en los días que estamos viviendo. Pasaron muchas cosas durante esta pandemia y muchos se mueren de hambre y viven en las calles. Por eso fue un privilegio para mí poder ayudarlos de cualquier manera. Y me alegra mucho saber que esta gente tuvo suficiente para comer hoy”, concluyó la azafata Sandra Kekana, de 40 años, voluntaria del grupo Evangelización (EVG).

Trabajo social Universal

La Universal lleva 29 años presente en Sudáfrica, desarrollando programas sociales que ayudan a los segmentos más vulnerables de la población, como en los 134 países de los cinco continentes donde la Universal opera.

Además, en 2020, la obra social de la Universal benefició a 575,000 sudafricanos, con el apoyo de 5,200 voluntarios.

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