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Los voluntarios del proyecto Ángeles de la Noche intensifican las labores sociales en todo el país, llevando asistencia física y espiritual a los más necesitados.
Los voluntarios del proyecto Ángeles de la Noche intensifican las labores sociales en todo el país, llevando asistencia física y espiritual a los más necesitados.
Un país del primer mundo, rico, glamoroso, el centro de la atención de día y de noche, y donde muchos sueñan con tener una vida semejante a las celebridades de Hollywood.
Sin embargo, el “sueño americano”, se convirtió para muchos en la “ilusión americana”.
Estas personas desilusionadas están en todos lados. Son personas de diferentes edades, durmiendo sobre cartones o directamente en el suelo, sin techo, bajo puentes o en los parques con sus pertenencias en bolsas de plástico como símbolo de su vida inestable. Estas son las imágenes que el mundo no ve, pero es una realidad en la vida de muchas personas.
Cada día enfrentan la muerte cara a cara, sin expectativas y viviendo en soledad, con hambre, deprimidas y con mucha tristeza.
Abandonados por la sociedad, entregados a las adicciones y a la delincuencia, a menudo acaban suicidándose.
La Ayuda
La mayoría de los que viven en situaciones como estas quieren cambiar de vida, pero sabemos que muchas veces faltan fuerzas, ánimo y una palabra de fe para demostrar que existe una salida.
Este es el propósito de los Ángeles de la Noche, proyecto cuyos voluntarios están a la disposición semanalmente para dar alimento físico que sostiene el cuerpo, pero con la misión mayor de ofrecer el alimento espiritual, proveyéndole ayuda al alma afligida.
La Transformación
Alexandre Sacama, voluntario del proyecto, forma parte del grupo en Everett, Massachusetts y todos los jueves sale a la calle realizando esta labor social. Él recuerda los momentos en que vivía en la calle y hoy tiene la oportunidad de rescatar vidas tal como lo rescataron un día.
“Ya viví en la calle y sé lo difícil que es. No veía ninguna salida y para mi no había ninguna solución. Estaba vacío, deprimido e infeliz. La gente que me rodeaba sólo me ofrecía drogas y bebidas, ya que era la única forma que encontraba para olvidarme de los problemas. Hoy mi vida está completamente transformada y me ofrecí como voluntario para colaborar en este maravilloso trabajo. Tengo el privilegio de dar lo que un día recibí, y estoy muy agradecido con mi Dios por el cambio que ha hecho en mi vida”, comentó Alexandre.
Si usted le gustaría más información sobre el trabajo del proyecto Ángeles de la Noche o de los eventos realizados por el grupo EVG en los Estados Unidos, visítenos en el Templo de los Milagros, 625 S Bonnie Brae St, entre la calle Wilshire y 6 en Los Ángeles, California, o en la Universal más cercana a usted. También puede acompañar el trabajo de la EVG a través de las siguientes plataformas:
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