Noticias | - 10:38 am
Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. — Apocalipsis 1:9
El apóstol Juan explica el porqué de estar como prisionero en la isla de Patmos, una pequeña isla volcánica en el mar Egeo, aún existente hoy como parte de Grecia. Se identifica a los lectores cristianos como “compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús”. No solo él estaba sufriendo persecución, sino que todos aquellos a quienes estaban dirigidas estas palabras también pasaban aflicciones y necesitaban mantener la perseverancia paciente que viene por la fe. La verdadera fe es siempre victoriosa, pero nunca exime de tribulaciones. Quien sigue al Señor Jesús esperando solo tranquilidad no entiende la caminata de la fe. Juan estaba allí exiliado “a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús”. Así fue forjada la Iglesia Primitiva: en el fuego de la persecución.
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo; antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de Su gloria os regocijéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por ellos Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios. — 1 Pedro 4:12-16
Aún hoy, la fe de los verdaderos cristianos es probada por este mismo fuego. Como este mundo es gobernado por el mal, es natural que haya resistencia a los siervos de Dios. Y usted, ¿ya sufrió persecución por su fe y testimonio?
Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta. — Apocalipsis 1:10
“En el día del Señor” — el domingo ya era, desde el inicio de la Iglesia, un día reservado por los cristianos para prestar adoración a Dios. Ni siquiera en la prisión Juan dejó de respetar ese día, que marcó la resurrección del Señor Jesús.
Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego
Autor: Obispo Renato Cardoso
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