Noticias | - 6:37 pm
A partir del momento que Dios comienza a trabajar en el interior de una persona, es porque Él quiere que el Reino de Dios este dentro de ella.
A partir del momento que Dios comienza a trabajar en el interior de una persona, es porque Él quiere que el Reino de Dios este dentro de ella. Por consecuencia, Él comienza a plantar Su palabra, Sus promesas y también la fe. Para que a través de la fe se pueda tomar posesión de Sus Promesas. Pero, para que se cumplan, se tiene que entender que existe una gran diferencia entre lo que ella quiere y lo que Dios quiere, los sueños propios y los sueños de Dios. Es ahí que muchas personas terminan realizando su propio querer y eso provoca que lo que está escrito y determinado por Dios para cumplirse no suceda, porque se insiste en querer hacer la propia voluntad.
Cuántas son las veces en que una persona insiste con Dios en que una situación o varias situaciones cambien en su vida, cuando en la realidad, Dios quiere transformar la condición. Un ejemplo claro lo podemos observar en la parte bíblica donde se mencionan a 10 leprosos, donde 9 fueron curados y sólo uno cambió su condición. (Lucas 17:11-20).
La Palabra de Dios dice: Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes. (Lucas 17:21). Esa palabra fue dicha para los fariseos que vieron que los 10 leprosos fueron curados y apenas uno regresó para seguir y servir los planes y los propósitos de Dios. Él volvió y entregó su vida a Jesús. Sólo uno volvió y Él escuchó lo siguiente: “Tú fe te ha salvado”. Dios no solo apenas, lo curó, pero también lo salvó. La fe de los otros 9, sólo fue para ser curados. Y sólo la fe de uno de ellos que tuvo la disposición de seguir y servir al Señor Jesús, lo curó y lo salvó. La condición de aquel hombre se transformó, su alma y su condición espiritual, el reino de Dios, entró en él.
Infelizmente existen muchas personas que asisten a la iglesia, pero aún el reino de Dios no está dentro de ellas y están corriendo el riesgo de un día desanimarse ya que ellas pueden pasar por una decepción, una injusticia, humillación, etc. Si el Reino de Dios no habita dentro de ellas, van a querer salir de la iglesia, no perdonarán, no caminarán la segunda milla, etc. Pero, por el contrario, si el reino de Dios está dentro de ellas, se someterán a la Palabra de Dios y obedecerán lo que Él les oriente en Su Palabra. Como la Biblia refiere “porque el reino de Dios ya está entre ustedes”. Si antes reinaba el espíritu del pecado, después de que el reino de Dios entra en la vida de alguien, entra el espíritu de la justicia. A causa de eso, la persona no acepta, el fracaso, la desilusión, la derrota, etc. Porque ella está dentro del reino de Dios y eso la lleva a tener un comportamiento espiritual y el querer ser testimonio de la grandeza de Dios.
Pues el reino de Dios no se trata de lo que comemos o bebemos, sino de llevar una vida de bondad, paz y alegría en el Espíritu Santo. Romanos 14:17. Cuando el Reino de Dios está en uno, no se vive más en función de la propia voluntad, sino de la voluntad de Dios, porque se prioriza todo lo que es relacionado a ese reino. “Buscad en primer lugar el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas serán añadidas”. Mateo 6:33. En esta palabra, Jesús nos dice que nuestras necesidades serán suplidas y aún más… ¿A qué se refiere cuando menciona ‘y todas las cosas serán añadidas’? Que Él realizará más de lo que nosotros podemos imaginar. Pero, para que eso acontezca se tiene que priorizar su reino, su justicia y la voluntad de Él. Por ejemplo, cuando Jesús en la oración del Padre Nuestro, dijo: “que venga tu reino y sea hecha tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”. En el cielo no hay dolencia, miseria, pobreza, separación, discordia, desunión o confusión. Entonces si el reino de Dios está dentro de uno, no se puede aceptar que los problemas que se enfrentan le derroten, porque todos los problemas que se enfrentan, vienen del infierno, pero por causa de que el reino de Dios está dentro de uno y uno está en el reino de Dios, se tiene el poder y las armas para enfrentar esa guerra espiritual y vencerla.
Por ejemplo, tal vez usted en alguna ocasión ha enfrentado o esta enfrentando una injusticia o humillación. No sirve de algo querer justificarse, ganarle a la persona y mucho menos querer discutir con ella. Usted tiene que tomar posesión en el mundo espiritual, tiene que asumir su condición de una persona de Dios. ¿Cuál es la posición del mundo espiritual? Orar, ayunar, clamar… Pero, de ninguna manera es discutir, pelear, hacer injusticia, lamentarse, murmurar, reclamar, cuestionarse, salirse de la iglesia… Deje que Dios sea quien haga, porque si usted trata de arreglar la situación a su manera, le pregunto: ¿dónde esta incluido Dios en su historia? espere la respuesta de Dios, tenga paciencia y crea que todo coopera para el bien de aquellos que son de Dios.
Si en caso alguien que se dice ser Dios comete una injusticia, le humilla o le ofende, no se preocupe, si esa persona es de Dios reconocerá su error y le pedirá perdón. Si en caso no lo es, Dios le hará justicia, crea que todo es parte del plan de Dios, desahóguese con Él, clame a Él y crea que Dios va a tornar aquel mal que intentaron hacerle en bien. Quienes viven en el reino de Dios, tienen ese entendimiento, esa visión y no quedan discutiendo con nadie, ni esperando algo de alguien.
Si usted quiere ver la diferencia en su vida, primero el reino de Dios tiene que estar dentro de usted. Esto es, priorice el Espíritu Santo y si usted ya lo tiene, sepa que todo lo que esta relacionado con el reino de Dios no viene con facilidad. Si quiere una vida diferenciada, coloque en primer lugar el reino de Dios y las grandezas primero comenzarán dentro de usted y cuando el reino de Dios este dentro de usted, usted dominará y no será más dominado. Eso lo llevará a glorificar el nombre de Él en su vida.
Dios les bendiga.
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