Noticias | - 2:18 pm
Los voluntarios de la UniSocial no se olvidaron de este sitio, llegaron a Cartolandia para aligerar la carga de las familias.
Uno de los barrios perdidos más conocidos en los límites de la ciudad y el Estado de México es Cartolandia. Este sitio alberga una gran cantidad de viviendas improvisadas con madera, lámina y sobre todo cartón. De ahí viene su nombre.
La realidad de las familias que habitan esta zona es de precariedad, desempleo y hambre. Muchos se dedican a la recolección de basura o a vender productos en los semáforos, pero en ocasiones, no tienen éxito y regresan a casa con las manos vacías.
Una residente de la tercera edad comentó a la Universal que las familias no tienen dinero ni bienes materiales: «No tenemos ahorita ni donde caernos muertos. No tenemos trabajo ni nada. Salimos a buscar fierros, botellas y con eso vivimos. Además, tenemos que pagar renta».
Por su parte, un menor de edad señaló a las cámaras que su familia no posee un ingreso fijo para lo más básico en casa: «No tenemos dinero para alimentarnos, ni para comprar, ni para vender. Mi papá sale a ver si puede conseguir chamba».
Los casi 7 mil habitantes de esta comunidad también están en riesgo de padecer distintas enfermedades, pues no cuentan con agua potable, es decir, viven en condiciones insalubres.
A lo anterior se suma la pandemia, la cual disminuyó las posibilidades de hallar una fuente de ingresos.
Llega la ayuda
Los voluntarios de la UniSocial no se olvidaron de este sitio, llegaron a Cartolandia para aligerar la carga de las familias. Durante la visita del grupo, los vecinos recibieron ropa, juguetes, despensas, corte de pelo y toma de presión. Servicios básicos a los que regularmente no tienen acceso.
Luego de recibir el apoyo, los residentes se mostraron contentos y ofrecieron unas palabras de agradecimiento a quienes colaboran en esta obra:
«Me siento bien porque nos dan una ayuda muy grande. Estoy muy agradecida, que Dios les dé más», expresó una mujer en la entrevista.
«Me da alegría que nos hayan dado una despensa, con esto puedo ir pasando los días. No nos olviden. Gracias por esto, ayuda a mucha gente que de verdad lo necesita, no nada más a unos, somos mucha gente pobre», añadió otra vecina.
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