Noticias | - 9:48 am


El aviso antes de las maldiciones

Dios es verdadero y fiel a Sus Alianzas, a Sus promesas y a Sus juicios; por lo tanto, todo lo que habla con el hombre, lo cumple.

El aviso antes de las maldiciones

Dios es verdadero y fiel a Sus Alianzas, a Sus promesas y a Sus juicios; por lo tanto, todo lo que habla con el hombre, lo cumple. La reprensión del Altísimo a los trabajadores de Su Obra es seria, porque la misma consideración y el mismo temor que ellos tienen con lo sagrado, pasa a tenerlo también el pueblo que está bajo su responsabilidad (vea Oseas 4:9). Si son flojos y relapsos, formarán discípulos con el mismo carácter. Si son decadentes, desde el punto de vista moral y espiritual, conducirán a las personas a ser de la misma forma. Por eso, lo más peligroso es que existan, en el seno de la Iglesia, pastores, obispos y obreros negligentes y caídos espiritualmente.

Vale mencionar que, antes de que Dios profiriera las duras maldiciones sobre los sacerdotes infieles, Él les ofreció oportunidad de Salvación. La condición era arrepentirse y cambiar aquel comportamiento irreverente e irrespetuoso.

“Si no escucháis, y si no decidís de corazón dar honor a Mi Nombre –dice el SEÑOR de los Ejércitos– enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, porque no lo habéis decidido de corazón.” (Malaquías 2:2)

El Altísimo dijo que los sacerdotes debían proponerse, dentro de sí, darle honra a Su Nombre, o estarían atrayendo para sí los mayores juicios del Cielo.

A lo largo de las Escrituras, prevalece el mismo precepto: si nosotros obedecemos a Dios, somos bendecidos; pero si nosotros Le desobedecemos, el propio pecado cometido provoca maldición en nuestra vida. Eso sucede porque Dios es Justo. Él juzga y retribuye a cada uno de acuerdo con su propio proceder.

 “Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia.(Deuteronomio 30:19)

Mensaje substraído de: El Oro y el Altar (autor: Obispo Edir Macedo)

Si usted tiene una pregunta o le gustaría una orientación: Contáctenos

Si usted le gustaría añadir su nombre y el de su familia en el libro de oración: Libro de Oración

Regrese a la página principal: Página Principal