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Era una esposa quien manejaba un pésimo humor
Rosenda Chávez solía ser una esposa quien manejaba un pésimo humor, la poca paciencia con la que solía lidiar su relación con su esposo la hacía perder el control, por lo que su tendencia era a discutir con él al punto de humillarlo. No sentía ningún respeto por su esposo, por lo que asumía una actitud soberbia en casa, siendo ella quien comandaba las decisiones importantes sin nunca siquiera considerar su opinión.
Toda esta actitud negativa por parte de Rosenda Chávez había sido fomentada desde el pasado, todos los traumas que había atravesado, los cuales la habían llenado de odio, por lo que sus heridas le hacían desconfiar constantemente de su esposo y su fidelidad.
Rosenda Chávez era una persona que antes de verse acorralada y humillada prefería mantener una constante actitud defensiva lo cual le terminaba trayendo solo amargura a su vida, puesto que no se daba paz a sí misma solo pensando en que en cualquier momento podría ser traicionada.
Pero con su errada actitud Rosenda Chávez no estaba haciendo un verdadero intento por lidiar con el problema y forjar verdaderos lazos de comunicación con su esposo, los golpes y gritos la llevaron a considerar la separación como un fin a aquella amarga lucha que llevaba consigo misma.
Rosenda Chávez se dio la oportunidad de conocer a Dios a través de la práctica de su fe y fue así que, gracias a que logró ser bautizada tuvo la oportunidad de conocer el Espíritu Santo, quien le brindó la guía necesaria para apagar ese fuego de odio que había iniciado con los problemas del pasado para darse paso a una nueva vida donde goza de una unión plena y una relación llena de comunicación con su esposo, a cuál no abandonó, sino más bien disfruta con cariño de los nuevos días junto a él.
Testimonio Rosenda Chávez.
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