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Sufría de intensos dolores corporales le impedían caminar, le quitaba el sueño y el apetito
Antes de llegar a la Iglesia Universal Elva Hermosillo sufría de intensos dolores corporales que no solo le impedían caminar, sino que además le quitaban el sueño y el apetito, su estado de salud era tan grave que incluso fue auxiliada para entrar por primera vez a la casa de Dios, puesto que su condición le impedía moverse con naturalidad.
Tras poner en práctica su fe en la Iglesia Universal la señora Hermosillo pudo recuperarse lentamente y acabar con esas dolencias, pudiendo recobrar el sueño como una persona normal, pero al transcurrir el tiempo ella optó por enfriar su fe, dejando de ser Dios una prioridad en su vida.
Elva Hermosillo había abandonado los aspectos espirituales que tanto le habían ayudado en el pasado a traer beneficios a su vida y un mejor estado salud. En cambio, su forma de percibir la vida la condujo a recaer y recobrar esas afecciones que ya antes la habían acosado.
Elva Hermosillo había sido víctima de sus propias dudas, estas la habían alejado de su contacto con el Espíritu Santo y estaban acabando con su vida poco a poco. Había perdido aquellas fuerzas que el Señor una vez le brindó antes de abandonar su fe, y ahora se encontraba en una súbita batalla para no darse por derrotada.
Ya sin fuerzas, sin aliento o ilusiones pidió de todo corazón a Dios para que Él le brindara una nueva oportunidad para ser recibida por el Espíritu Santo de nuevo, y gracias a que volvió a creer fue que se pudo levantar nuevamente de la cama y dejar atrás las dolencias que le condenaban y deterioraban su calidad de vida.
Hoy en día Elva Hermosillo es una mujer sana y bendecida por la dicha de Dios, quien no solo la mantiene saludable, sino que también le da fuerzas para poder ayudar a otros.
Testimonio Elva Hermosillo.
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