La perseverancia de los santos

 Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre.  Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apocalipsis 14:9-12).

Este ángel anuncia al mundo que todos los que aceptaron la marca y el sistema de la bestia sufrirán tormentos eternamente, sin descanso o alivio. Hay un contraste tremendo entre los seguidores del Cordero y los seguidores de la bestia. Los salvos descansarán de sus trabajos y luchas, y reinarán con el Señor Jesús para siempre. Los adoradores de la bestia tendrán un breve “reinado de tres años y medio sirviendo al Anticristo, pero sufrirán por el resto de la eternidad. Es por esto que la perseverancia de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús es exaltada. Esta será debidamente recompensada, como dijo nuestro Señor:

Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas. (Lucas 21:19).

La palabra “perseverancia” aparece siete veces en el Apocalipsis. Carga el significado de tener paciencia, permanecer, soportar, resistir con relación a cosas o circunstancias. Es una perseverancia asociada a la esperanza y se refiere a la calidad de carácter de quien no permite rendirse ante las circunstancias o sucumbir ante las tribulaciones. Es lo opuesto a la ansiedad. Los que poseen esta fe perseverante son constantes con Dios. Están seguros en sus mentes por una certeza de que vencerán al final. Es este tipo de fe el que salva una fe muy superior a la que conquista solo bendiciones y beneficios físicos y materiales. Lamentablemente, son pocos los que poseen esta fe.

Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia, y la perseverancia produce carácter probado, y el carácter probado produce esperanza. Y la esperanza no acarrea vergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. (Romanos 5:3-5).

Aproveche sus tribulaciones para desarrollar la perseverancia que ganará su alma.

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego

Autor: Obispo Renato Cardoso

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