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La mayor broma de los últimos siglos (Parte II)

La mayor broma de los últimos siglos (Parte II)

Los egipcios tenían la costumbre de momificar a sus muertos bajo la creencia de que preservar el cuerpo garantizaría una buena vida después de la muerte, el proceso de momificación implicaba el retiro del cerebro y otros órganos, excepto el corazón, ellos creían que el corazón, como el centro de los pensamientos y sentimientos, iba a ser necesario para mantener a la persona viva en el más allá.

Los griegos y los romanos también creían que el corazón era el principal órgano humano, responsable por las emociones y la inteligencia, algunos antiguos pensaban que había también algo importante sucediendo dentro del cráneo humano, pero no tenían cómo probar nada, la creencia que prevalecía era que nuestra central de comando estaba en el corazón.

Esa creencia influyó prácticamente en todos los aspectos culturales de nuestra civilización. A lo largo de los siglos, innumerables obras de arte retrataban al corazón con ese enfoque emocional e intelectual, las religiones también siempre dieron gran énfasis al “corazón de Dios”, con derecho a las artes sacras retratando a Cristo con él órgano expuesto del lado de afuera del pecho, movimientos devocionales al “sagrado corazón de Jesús” y otras alusiones al lado más emotivo de Dios.

De forma general, la mayoría de las religiones lleva a las personas a una experiencia básicamente emocional, marcada por sentir esto o aquello, usando imágenes, palabras bonitas, escenografía y decoración sacra, música para sensibilizar y otros artificios que apelan a nuestros sentidos. Todo contrario a lo que encontramos en la Biblia, donde Dios siempre prohibió el uso de imágenes, condenó tradiciones humanas que servían sólo de teatro religioso y llamó a las personas a usar sus mentes (inteligencia) para meditar en Su palabra (en vez de sentir con el corazón).

El cine y la televisión producen sus películas, series y novelas en las que, casi siempre, hay una historia de amor marcada por los sentimientos de sus personajes, La razón es puesta a un lado y el sentimiento es el que manda, “Siga a su corazón”, es el mensaje subliminar (o nada subliminar) constantemente martillando en esas historias.

Sin embargo, nada propaga más a esa idea del corazón que la música, no importa la cultura o el estilo musical, los ejemplos son tantos que es difícil elegir sólo uno, usted puede seguramente apostar que, sí enciende la radio y sintoniza una estación musical, nueve de cada diez canciones mencionan al corazón y a sus peripecias sentimentales directa o indirectamente, la creencia entró hasta en nuestro vocabulario, en la lengua portuguesa, cuando queremos decir que sabemos algo muy a fondo, usamos la expresión “eu sei de cor”, este “cor” es la abreviatura de corazón, pues los antiguos pensaban que las informaciones eran guardadas en el corazón. Curiosamente, la misma expresión existe en inglés (by heart), en francés (par cœur), en griego y en varias otras lenguas.

Usted puede notar que esa idea está enraizada en todo a nuestro alrededor, y eso hace miles de años, pero hace aproximadamente 100 años, con el perfeccionamiento del microscopio, los científicos pudieron iniciar estudios más minuciosos del cerebro humano. Y descubrieron, finalmente, que el corazón no es mucho más que una bomba de sangre para mantener la circulación sanguínea en el cuerpo. Y que, en verdad, el centro de la vida y de la inteligencia está en el cerebro, eso revolucionó la neurociencia desde entonces.

Nuestras habilidades de comprensión y desarrollo se multiplicaron y la sociedad, en los últimos 100 años, evolucionó con extrema velocidad, pero en el área sentimental, curiosamente, esa evolución no ocurrió, nos quedamos detenido en el tiempo, allá en el siglo XIX, embriagados y hechizados por las ideas del amor romántico, aún asociamos al amor, qué es una actividad exclusiva de nuestro cerebro, con el corazón, hoy en día es imposible que alguien vea una imagen en forma de corazón y no piense en la palabra amor.

Cuando usted lee las frases “Yo te ❤️” o “I ❤️ NY”, usted sabe instintivamente cuál es la palabra que sustituye el corazón, en las otras áreas de la vida, todo el mundo ha dirigido su atención hacia el cerebro, solamente en el amor las personas aún están presas en las cavernas del corazón, es más difícil despertarlas a la realidad que despertar a un adolescente y sacarlo de la cama antes de las 6 de la mañana.

Y aquí vive el principal problema de las relaciones de hoy en día:

Asociar al amor con el corazón.

Es la mayor broma de los últimos siglos, (Cualquier conexión entre el desorden actual en las relaciones, y que la palabra “amor” aparezca al revés entre la palabra “broma”, es pura coincidencia, o no, quién sabe).

Continuará…

Libro: Noviazgo Blindado

Autor: Obispo Renato y Cristiane Cardoso

Si le interesa lea también: La mayor broma de los últimos siglos (Parte I)

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