La mamá Noel

Dales una sonrisa cuando se despierten y un abrazo cuando vayan a dormir, diles lo importantes que son para ti, muéstrales que los amas incondicionalmente.

LA MAMÁ NOEL. Es interesante darse cuenta cómo algunas mujeres consiguen encarnar el papel de “Mamá Noel” cuando el fin del año se aproxima.  A partir de noviembre, su agenda está llena de planes e ideas para la Navidad.  Y cuando finalmente llega diciembre, están corriendo de un lado a otro, comprando regalos para todo el mundo y enviando postales para personas que ni conocen personalmente. Compran paquetes de decoraciones navideñas para adornar la casa y convertirla en una fiesta para toda la familia.

Durante mi infancia, había una tía que se quedaba encargada de preparar la fiesta de Navidad.  Se esmeraba en cada detalle y, ese día, todos se quedaban maravillados con la fiesta. La mesa tenía los adornos más bonitos y las comidas más deliciosas.  Cada rincón de la casa era cuidadosamente decorado. Podía percibirse claramente el trabajo y la dedicación que había por detrás de todo aquello.  Y, como si no fuese suficiente, además tenía regalos para cada sobrino y sobrina.  Yo me quedaba súper feliz cada vez que recibía el mío, pues me sentía importante por haber sido nombrada. De esta forma, las fiestas de Navidad en la casa de la tía eran siempre un motivo de gran expectativa. Sin embargo, por alguna razón que yo desconocía, mi tía favorita no era ella.  La que más me gustaba y con quien me sentía más a gusto estaba desempleada y no tenía condiciones de darme ningún regalo, ni tan siquiera en mis cumpleaños.  Me gustaba mucho porque dedicaba su tiempo a hablar conmigo y me enseñaba cosas que nadie más tenía paciencia para enseñarme.  Su sonrisa hacía que me sintiera especial. Cuando me quedaba   triste, ella se entristecía también.  Mientras que una tía me daba los mejores regalos, la otra me daba amor y atención.  Y exactamente eso es lo que sucede con muchos niños hoy en día.

Las madres y tías intentan impresionarle al máximo durante la Navidad, pero olvidan que, para impresionarles, es suficiente darles algo que la MasterCard no puede comprar: el amor.

Alguien puede darte regalos y hacerte sentir importante en el día de Navidad, pero no será como quien te hace sentir especial un día cualquiera. El amor no debe demostrarse solamente a través de regalos, sino por medio de pequeñas e insignificantes actitudes, tales como: una palabra de ánimo en un día difícil, un abrazo fuera de lugar, un besito cariñoso, o, incluso, una simple sonrisa después de un largo día de trabajo. El tiempo que tú pasas con tu hijo es más significativo que todos los regalos que ya le diste. Los momentos que empleas para sentarte a su lado y hablar sobre asuntos de su interés, son más importantes que pasar el día de Navidad juntos. Las pequeñas cosas que acostumbramos a olvidar son las que realmente marcan la diferencia en cualquier relación, inclusive, amistad y matrimonio.

En esta Navidad, no les des sólo regalos a tus seres queridos, pasa momentos preciosos con ellos.  Dales una sonrisa cuando se despierten y un abrazo cuando vayan a dormir. Diles lo importantes que son para ti. Muéstrales que los amas incondicionalmente. Esta pequeña actitud puede hacer que esta Navidad sea mejor que la anterior.

Continuará…