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La intención de casarse

Era un período breve para determinar si los dos querían y eran compatibles para casarse.

Era un período breve para determinar si los dos querían y eran compatibles para casarse.

Una de las cosas más locas que han sucedido en el mundo de las relaciones es el noviazgo por tiempo indefinido. En el pasado, el noviazgo siempre fue un medio, nunca un fin en sí mismo. Era un período breve para determinar si los dos querían y eran compatibles para casarse. Si concluían en que no lo eran, terminaba en la separación. Si lo eran, se casaban. Pero nunca demoraba mucho, pues cuando la intención es decidir si va a terminar en casamiento, no hay cómo ni porqué demorar mucho.

Pero hoy vemos parejas de novios como si fuesen a vivir mil años. Estar de novios se convirtió en el fin, ya no en el medio. Están de novios durante tres, cuatro, siete años o más — y, si uno les pregunta hacia dónde está yendo esa relación, ellos no tienen respuesta.

Lo que sucede con un noviazgo así es que se desgasta. Después de un tiempo, la persona más acomodada sentirá una presión de la otra para tomar una actitud sobre el futuro de la relación. Y la persona más incomodada quedará frustrada con la falta de actitud de la otra. Eso va a generar peleas y constantes discusiones a causa de las expectativas no cumplidas.

Estar de novio es como zambullirse en el mar. Por más excitante que sea la aventura, llega un momento en el que uno quiere volver a tierra firme. Nadie va al mar para quedarse y vivir allá. A no ser que usted sea Bob Esponja. (Debe ser por eso que él no está casado. O por ese pantalón cuadrado, seguro.)

La tierra firme es su punto de partida y también su llegada. Usted solo sale de ella para navegar cuando sabe el destino y tiene un plazo para llegar a él. A veces el destino será el casamiento. A veces será la conclusión de que tendrá que volver a ser soltero. Pero el mar, el noviazgo, nunca es el destino.

Para no quedar a la deriva en un noviazgo sin futuro, usted no debe entrar a uno sin la intención de casarse. Si comienza sin pensar en eso, solo porque le gusta esa persona y quiere divertirse, cuando llegue el momento de decidir el futuro de la relación (queriendo o no, ese momento va a llegar), usted va a estar en apuros, sin saber qué hacer.

Es por eso que muchos noviazgos terminan de manera incorrecta — con un embarazo indeseado, con un casamiento que no debería suceder o con un término traumático en el que uno sufre mucho más que el otro y los dos se sienten como idiotas por haber pasado tanto tiempo en una relación que terminó en nada.

Continuará…

Libro: Noviazgo Blindado

Autor: Obispo Renato y Cristiane Cardoso

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