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Tras escuchar la prédica en la Iglesia Universal pudo sentirse liberada de lo que la carcomía
Beatriz Hernández se casó a la temprana edad de 17 años. El sueño de ella era formar una familia y convertirse en una mujer feliz, pero los problemas personales que mantenía con un familiar ponían en riesgo esos anhelos y los quería destruir.
Tras descubrir trabajos de brujería en su hogar, comenzó a tener problemas en su relación. Aquella persona quería ver destruidos sus sueños de tener una familia, por eso la atacaba usando sus pertenencias para crear rituales.
Su relación fracasó y la gente comenzó a creer que ella perdería la razón. Comenzó a frecuentar malas amistades con las que solía asistir a lugares nocturnos en los que se exponía a la prostitución y trataba de llenar el vacío de amor saliendo con diferentes hombres.
Beatriz se sentía sin valor como persona, la depresión que padecía la hacía pensar incluso en el suicidio, puesto que sentía que su vida había perdido todo sentido.
El día que su ex esposo le arrebató la custodia de sus hijos debido al comportamiento de ella, la crisis por la que atravesaba se agudizó.
Beatriz comenzó a sentir asco hacia sí misma y se veía como alguien que había tocado fondo y perdido todo valor como persona.
Fue entonces cuando una amiga la invitó a la Iglesia Universal, a donde ella llegó un viernes y entró en contacto por primera vez con la Palabra de Dios. Y tras escuchar el mensaje de la predicación, ese día pudo sentirse liberada de todo lo que la carcomía por dentro y le quemaba su espíritu.
Beatriz, hoy en día, se ha unido en matrimonio con un hombre de Dios y ha podido recuperar el amor de sus hijos, con quienes lleva una relación bendecida ya que puede destruir cualquier amenaza espiritual.
Atrás quedó aquella vida sin rumbo cuando andaba alejada de Dios. Ahora se siente fuerte y confía su vida y su felicidad a la protección del Espíritu Santo.
Testimonio Beatriz Hernández.
