Noticias | - 10:52 am
Juan vio a los 144 mil con el Cordero sobre el monte Sion como hombres “rescatados de entre los hombres como primicias para Dios”. Representan a los salvos durante la Gran Tribulación, y el hecho de que sean llamados “primicias” nos remite a la gran cosecha que está a punto de ser cosechada por una “hoz afilada”, de la cual trataremos más tarde en este capítulo. Como sabemos, las primicias (o diezmos) eran los primeros frutos de la cosecha debido a Dios como reconocimiento de Su señorío. Note el significado altamente espiritual de los diezmos. Se trata de almas que colocan a Dios en primer lugar, como hicieron aquí los 144 mil. Nosotros somos las primicias de Dios.
“Santo era Israel para el Señor, primicias de su cosecha; todos los que comían de ella se hacían culpables; el mal venía sobre ellos” —declara el Señor. (Jeremías 2:3).
Aún otras dos cosas caracterizaban a los 144 mil: “no se han contaminado con mujeres” y “En su boca no fue hallado engaño”. Sobre la primera, claro que no tiene que ver con la virginidad sexual, ni con ser literalmente solo del sexo masculino. Con certeza, hombres casados, así como mujeres casadas y solteras también se convertirán y tendrán una fe verdadera en la Gran Tribulación. El lenguaje aquí nos remite al alistamiento de un ejército de hombres (razón por la cual anteriormente son citados 12 mil hombres de cada tribu que formaron los 144 mil). Era una exigencia en Israel que los soldados se abstuvieran de relaciones sexuales antes de salir a la batalla. Por lo tanto, el significado es espiritual: ellos no se mezclaron con la inmoralidad, la suciedad de este mundo, ni con Babilonia, la, “…madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra” (Apocalipsis 17:5). Se mantuvieron puros en un mundo inmundo. Es así como los salvos deben vivir. Sobre la segunda característica, lo veremos la próxima semana…
Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego
Autor: Obispo Renato Cardoso
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