Casi allí

Usted ya debe haber escuchado el dicho “nadó, nadó, nadó y murió en la playa”. Esa es una realidad en la vida sentimental de muchos. No sirve hacer “casi” todo bien. Y la razón por la cual muchos no logran pasar del “casi” es la ansiedad. Por ansiedad, muchos saben lo que tienen que hacer, pero no lo hacen.

Ansiedad

Cuando la ansiedad toma el control, usted deja de usar la cabeza y comienza a usar las emociones, pues tiene miedo de quedarse solterón/a o de perder a la única persona que le dio un poco de atención. Por otra parte, en la perseverancia, usted es paciente y, por eso, no desiste. No se cansa de hacer el bien y el tiempo no es su enemigo, sino su aliado, ya que le permite mejorar como persona.

Pero la paciencia no está de moda.

Todo es muy rápido. Nadie quiere esperar por nada. Parece que nuestra vida está siendo cronometrada todo el tiempo. Es la era del fast food, del drive-thru, del wifi rápido, de las cajas rápidas en los supermercados, de las dietas de 5 días, de los divorcios en 24 horas, de las comidas para microondas, en fin. Todo eso tiene sus ventajas, pero cuando esa mentalidad de “lo quiero ahora, ya” se lleva a la vida sentimental, los resultados pueden ser desastrosos.

No soy una persona ansiosa, pero ya tuve momentos de ansiedad. Me acuerdo de una vez que estaba preocupada por mi hijo y me vinieron mil y un pensamientos horribles de lo que le podría estar sucediendo. Mi corazón comenzó a latir fuerte y tuve la sensación de que me iba a desmayar. Enseguida me levanté de la cama y le pedí ayuda a Renato, que me trajo un vaso con agua para beber. Él me preguntaba qué era lo que estaba sintiendo y yo no podía ni siquiera hablar bien, de tan nerviosa que estaba, hasta que asocié una cosa con la otra. ¡Era mi preocupación por mi hijo! Inmediatamente, no acepté y comencé a decir “¡no acepto eso!” en voz alta, repetidamente, hasta que los latidos de mi corazón volvieron a la normalidad. Entregué la preocupación en las manos de Dios y me fui a dormir.

Continuará…

Libro: Noviazgo Blindado

Autor: Obispo Renato y Cristiane Cardoso

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