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Tras asistir a la iglesia comenzaron juntos desde cero a reconstruir la familia
Evangelina Jiménez solía asistir a la iglesia, pero no sentía ningún cambio particular en su vida, al venir a los Estados Unidos para reencontrarse con su esposo, tenía la ilusión de tener un matrimonio feliz lleno de dicha, pero amarga fue su sorpresa al llegar y encontrar a su pareja atrapado en el flagelo de las drogas, el cristal lo hacía su prisionero.
La vida juntos era una pesadilla para Evangelina Jiménez quien tenía que tolerar no solo los maltratos por parte de su esposo quien tras consumir sustancias se tornaba violento y amedrentaba hacía ella, sino que además debía soportar quedarse sola con sus hijos mientras él desaparecía por varias noches.
Enterarse de que su esposo le estaba siendo infiel fue la gota que derramó el vaso, este evento causó en ella mucho dolor en su corazón, la derrumbó por completo. Evangelina no quería seguir viviendo junto a él después de este hecho, pero a su vez temía por sus hijos y a lo que estarían expuestos si ella decidía separarse.
Evangelina se cuestionaba si Dios en verdad estaba ahí para ayudarla, al ver a su familia casi devastada dudaba si en verdad era su palabra la verdadera ruta para el cambio. Sentía que sus reclamos al Señor no eran escuchados.
Un día Evangelina y su pareja se encontraban viendo la televisión cuando de pronto se toparon con una predica dada en el programa de la Iglesia Universal y pudieron ser penetrados por aquellas palabras dadas, sintieron mucha cercanía con el testimonio dado. Tomaron el teléfono y llamaron, tras asistir a la iglesia comenzaron juntos desde cero a reconstruir la familia.
Ella pudo acompañar a su esposo en su travesía para su transformación en una mejor persona, hoy en día él ha dejado el consumo a un lado y ha atado su compromiso con su familia y sus hijos, esto gracias a que ambos le han entregado su familia a la guía del Espíritu Santo.
Testimonio Evangelina Jiménez.
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