Noticias | - 9:40 am


El primer contacto

¿Qué es lo que usted tiene en común con esa persona que puede usar para hacer la conexión inicial?

El primer contacto

El primer contacto es tan importante como la primera impresión — aún más cuando los dos suceden al mismo tiempo. Pregúntele a cualquier pareja cómo fue que comenzaron la relación y ellos le contarán la historia con riqueza de detalles. Es decir, esa experiencia quedará para siempre en la mente de ustedes.

Antes de que Renato se acercara a mí, apareció otro muchacho en mi camino. No sé bien cómo sucedió todo, solo sé que un día mi madre me pasó el teléfono y me dijo que a un joven le gustaría conversar conmigo. No entendí nada, pero parecía que ella y la madre de él ya habían preparado todo y no tuve otra opción que atender el llamado.

Nunca habíamos conversado hasta entonces. Ni siquiera sabía quién era, pero la charla que tuvimos por teléfono fue sufi ciente para decidir que no quería conocerlo.

El muchacho se esforzó tanto por mostrar su espiritualidad que me asusté. Desde mi punto de vista, si uno necesita mostrar espiritualidad es porque no tiene ninguna. Quien es espiritual, simplemente lo es. Mientras él intentaba probar que era un hombre de Dios, en mi mente yo buscaba una forma de despedirme.

Lo peor que usted puede hacer al intentar conquistar a una persona es fi ngir ser alguien que no es.

Cuanto más intente impresionar, más complicada será la primera impresión que la persona tendrá de usted. Sorprender es diferente a impresionar. Cuando intenta impresionar, usted pasa una imagen forzada de sí mismo. Es falso. Pero cuando sorprende, muestra que no tiene miedo de ser usted mismo. Es verdadero.

Más o menos un mes después de esa llamada desastrosa, Renato hizo el primer contacto conmigo por medio de una tarjeta postal algo curiosa, que un joven vino a entregarme a pedido de él. Guardo la tarjeta hasta hoy:

Él no se presentó ni me dijo qué quería conmigo… Apenas escribió unas líneas en el dorso, fi rmó con su nombre y puso la fecha.

Debo haberlo leído unas cincuenta veces para intentar descifrar lo que Renato había querido decir, pero no lo logré. Me dejó curiosa y en las nubes al mismo tiempo.

 

[RENATO: Yo quería hacer contacto con ella, quería hacerle saber de alguna forma que la había notado. No podía ir de pronto diciéndole que me gustaba, pues aún no la conocía… Entonces mi abordaje fue realmente un tanto misterioso. ¡Pero alcanzó el objetivo!]

Más allá de haber sido audaz al escribirme sin al menos presentarse, fue discreto también y usó en las palabras algo que teníamos en común para hacer la conexión: nuestra fe.

¿Qué es lo que usted tiene en común con esa persona que puede usar para hacer la conexión inicial?

Use eso.

Si es el trabajo, un hobby, el lugar que frecuentan, un amigo en común, ¡aprovéchelo! Las cosas y las personas en común nos conectan unas a las otras. Usted me conoce hoy solo porque escribí sobre un tema que le interesa.

Me gusta oír a mi madre relatar cómo mi padre la abordó por primera vez. Ella necesitaba clases particulares de matemática y él era profesor de matemática. En su mente, hasta hoy, ella usó la excusa de la matemática para acercarse. Ella insiste en decir que no tenía ninguna segunda intención… Cuando se encontraron para la primera clase, él enseguida le agarró la mano. Ella se asustó y dijo: ¡Qué atrevimiento es ese! — y le soltó la mano. Él entonces insistió y le agarró la mano una vez más. Y ella se derritió después de eso.

Toda mujer aprecia una actitud que la sorprenda, algo que muestre coraje y, al mismo tiempo, encanto. Yo nunca hubiera esperado que Renato fuera a abordarme con una tarjeta postal.

Cuando el hombre hace o dice algo que sorprende, y no usa los mismos piropos o conversaciones bobas fácilmente encontradas online, puede que él no sea atractivo físicamente, pero automáticamente se vuelve alguien con encanto. Y el encanto, jóvenes, ¡es todo para la mujer!

No tenga miedo de mostrar sus debilidades. Lo que más me sorprende en las personas es su sinceridad, que sean quienes son, sin miedo o recelo de lo que van a decir o pensar. Sin embargo, claro, eso no le da el derecho a ser maleducado ni a decir todo lo que le viene a la mente.

 

.

.

.

Ubique la Universal más cercana a usted: Direcciones
Si usted tiene una pregunta o le gustaría una orientación: Contáctenos
Si le gustaría añadir su nombre y el de su familia en el libro de oración: Libro de Oración
Regrese a la página principal: Página Principal
Alimente su espíritu, leyendo mensajes de fe para su edificación espiritual: Viviendo por la Fe