Noticias | - 8:00 am
Una de las primeras cosas que los hijos necesitan ver para comenzar a respetar al futuro padrastro o madrastra es el bien que esa persona le hace a su padre o madre.
Es inútil tratar de conquistar a los hijos de la otra persona con regalos o paseos y después hacer sufrir a su padre o madre.
No quiera asumir el papel de disciplinar a sus hijastros como si fueran sus hijos — por lo menos hasta que haya conquistado el respeto de ellos. Ese papel le es concedido a usted por ellos, no por la madre o el padre biológico. Si no lo conquistó todavía, el papel de disciplinar cae principalmente sobre la madre o el padre biológico, incluso después del casamiento.
Cuando los hijos viven con el ex y van a visitar al otro padre periódicamente, ese período de visita debe ser respetado. Es común que el padre visitado cubra a sus hijos con mimos y atención — y no es difícil entender el porqué. Si el nuevo compañero no comprende eso, es posible que se sienta dejado de lado, o que piense que el otro está exagerando en la atención que les da a los hijos. Es necesario prestar mucha atención en esa dinámica, porque esa práctica podrá ser algo a lo cual su futuro cónyuge no estará preparado a renunciar.
Lo ideal es que estas visitas estén claramente definidas en términos de frecuencia, tiempo juntos, lugares de visita, participación o no de la nueva pareja, y cómo se realizará la interacción con el ex compañero. La transparencia, las reglas y la comprensión son las palabras claves para evitar los celos y la desconfianza. Todo eso debe ser bien hablado y acordado, incluso durante el noviazgo.
Continuará…
Libro: Noviazgo Blindado
Autor: Obispo Renato y Cristiane Cardoso
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