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La relación con sus familiares se basaba en gritos y discusiones

La idea de acabar con la vida de su hermano pasaba por su cabeza

La relación con sus familiares se basaba en gritos y discusiones

Nadie quería tener que lidiar con el mal carácter de Brian Jiménez, un joven que se sentía dominado por el odio, por lo que su relación con sus familiares se basaba en gritos y discusiones con sus padres y con sus hermanos. Cada vez que sus progenitores le intentaban reclamar algo se transformaba en un energúmeno, no le gustaba comunicarse con ellos y mucho menos quería que le dijeran cuales eran sus errores.

Brian Jiménez estaba llevando una vida acelerada, comenzó a consumir cannabis a través de galletas preparadas con marihuana, además pasaba largos períodos de tiempo viendo pornografía. Los vicios y los malos hábitos habían arrancado la paz de su vida, por lo que comenzó a sentirse perdido. Mientras que su hermano mayor amedrentaba a su madre con gritos e inclusos en algunas ocasiones golpes, él rechazaba a su hermano menor, quien buscaba tan solo un amigo, de tal manera la relación entre los hermanos era caótica, casi como si fueran enemigos.

A Brian le dolía mucho la forma en la que su hermano maltrataba a su mamá, por eso cada vez que este le alzaba la voz y se tornaba violento, la idea de acabar con la vida de su hermano pasaba por su cabeza y se balanceaba como un péndulo. Todo lo que vivía se le acumulaba como un nudo en la garganta, no tenía con quien desahogar su dolor, incluso en su escuela, quienes pretendían sus amigos, solo lo usaban como objeto de burla.

No fue hasta que su abuela lo invitó a la Iglesia Universal que aprendió la lección más valiosa de su vida, entendió que todo empezaba por el dominio propio, por lo que dio un giro a su comportamiento y decidió cambiar su relación no solo con sus hermanos sino también con su madre, a quien comenzó a ayudar cada vez con más frecuencia en casa.

Usando las fuerzas dadas por el Espíritu Santo sacrificó aquel estilo de vida llena de vicios y conductas nocivas y hoy en día disfruta del respeto y amor de su familia gracias a que Dios ha llegado a su vida para llenarlo de fortalezas.

Testimonio Brian Jiménez.

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