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Alcanzó la paz que anhelaba y al ser recibida por Dios
Erika Cortés estaba confundida con respecto a su vida espiritual y mezclaba siempre sus emociones con la fe, por lo que vivía frustrada por no conseguir las conquistas prometidas en la palabra de Dios.
Su sensibilidad la llevaba a tener problemas en su matrimonio. Erika deseaba que su pareja se comprometiera más con la palabra de Dios, pero en su afán no usaba los canales de comunicación correctos y terminaba siempre por caer en conflictos en los que le ganaba la emoción. Sus caprichos terminaban siendo la fuente de los conflictos en el hogar.
Erika volvió a aferrarse a la palabra de Dios y le suplicó de rodillas al Señor que la ayudara a conseguir la respuesta que tanto buscaba. Sabía que la única manera de cambiar la forma de pensar de su marido era mostrar los cambios ella primero.
Fue de esta manera que logró ser bendecida por la guía del Espíritu Santo y recibir a Dios en su interior.
Erika alcanzó la paz que anhelaba y al ser recibida por Dios, sus caprichos y problemas desaparecieron. Ahora, tanto ella como su pareja van de la mano descubriendo la fe en sus corazones y aprendiendo cada día más cómo recibir las promesas que el Señor tiene preparadas para sus vidas.
Erika y su esposo han conquistado la vida armoniosa que siempre desearon. Ahora, en la gracia de Dios, tienen la casa y el carro que antes querían, llevan una vida próspera, pero sobre todo caminan juntos por el sendero de Dios.
Testimonio Erika Cortés.