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En el límite del agotamiento

“Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24)

En el límite del agotamiento

EN EL LIMITE DEL AGOTAMIENTO. Existe algo que todo hombre debería saber sobre su mujer. No se trata de otra complicada característica de la mujer, sino de algo que toda mujer desea recibir de su marido. Es una cosa que todo hombre tiene dentro de sí mismo pero que, simplemente, no sabe usar: AMOR.

Decir que la ama y que por eso que se casó con ella, pagar las cuentas y volver a casa todas las noches, no es suficiente. Una de las principales enseñanzas de la Biblia respecto a los maridos es que éstos deben amar a sus esposas. Dice así: “Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (Efesios 5:28). Este versículo describe muy bien el tipo de amor que toda esposa quiere:  El amor que cuida, que protege, que es suave, cariñoso y, por encima de todo, que comprende. ¿No es eso lo que todo hombre hace por su cuerpo? ¿Cuántos no son los hombres que comen hasta quedar obesos solamente para satisfacer sus estómagos? ¿O, entonces, preocupados con su apariencia, y se quedan horas en el gimnasio? Unos se quedan endeudados sólo por comprarse un traje nuevo.  De varias formas, los hombres son capaces de demostrar el amor que tienen por sus cuerpos y, aun así, ¡no saben cómo amar a sus mujeres! El amor es más que un gesto aislado; debe demostrarse todos los días. Así como el hombre ama su propio cuerpo y cuida de él diariamente, también debe amar a su mujer.  No estamos pidiendo mucho, solamente lo que nos fue prometido. ¿Te acuerdas de tus votos de matrimonio?

Dios creó a la mujer para auxiliar y completar al hombre y, a cambio, él debe cuidar de ella y darle todo el amor, protección y atención que necesita. Muchas mujeres no reciben este tipo de amor de sus maridos y viven preguntándose qué hicieron mal. Ellos usan el tiempo que tienen para quedarse a solas a ver la televisión, leer un libro o jugar con la Play Station. ¿Cómo puede alguien cambiar los brazos amorosos de una mujer por eso? Más tarde, en los últimos minutos del día, ellos están demasiado cansados para divertirse con ellas.

No es sin ton ni son que muchos hombres no entienden a sus mujeres.  ¡La verdad es que ellos ni lo intentan! Una mujer puede completar verdaderamente a un hombre, pero si no existe amor por su parte, ella se sentirá incompleta y no conseguirá satisfacerlo. Para una mujer el amor es tan simple como 1+1=2. Amar forma parte de la naturaleza femenina. Por eso, la Biblia no enfatiza que las mujeres deben amar a sus maridos; para los hombres, sin embargo, el amor puede incluso ser olvidado o dejado de lado; ellos aman, pero no tienen tiempo para demostrarlo.

Algunos no entienden por qué es tan difícil para sus mujeres tener una buena relación con sus familias. No se dan cuenta de que ellas no son vistas como su primer amor, pero sí, como el amor que ven después de la madre, del padre, de los hermanos, de las hermanas, etc. La mujer quiere ser la primera (después de Dios, está claro), y Dios está de acuerdo con ella.  Él dice desde el comienzo “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Resumiendo, lo que realmente le importa a la mujer es el amor que su marido demuestra en todo lo que hace para ella. Si no se demuestra, no es suficiente.

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Autor: Cristiane Cardoso
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