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Siendo tan joven ya transitaba por su cabeza pensamientos de suicidio
Diana Luqueño era tan solo una niña cuando ya le tocaba luchar contra una terrible depresión, la terrible situación familiar que se vivía bajo el de la familia la volvía ansiosa teniendo que sufrir de inestabilidad emocional a la temprana edad de diez años. Sus primeros recuerdos de la infancia tienen que ver con sus padres, quienes solo se comunicaban a través de los gritos lo que hacía que su vida fuera una pesadilla.
Siendo tan joven ya transitaba por su cabeza pensamientos de suicidio, ante el infortunio de la familia maldecida espiritualmente, durante varias ocasiones le expresó a sus padres como se sentían, pero parecía que todos en aquel hogar se sentían perdidos.
Cuando Diana Luqueño conoció la Iglesia Universal pudo percibir un cambio total en su interior, la paz y la alegría invadieron su corazón, se pudo conectar de nuevo con su familia y sus amigos, no podía conseguir una explicación a la transformación por la que atravesaba su vida. Cuando su familia se unió a ella en su jornada de fe fue todo un nuevo comienzo para ella. Primero asistió su padre, quien de manera drástica cambió su actitud dejando de ser violento y sumando mejores herramientas para comunicarse con ellos, después su madre, quien dejó de ser una mujer ansiosa para tornarse en una persona que proyecta amor.
Desde el momento en que cruzó la puerta de la casa de Dios se ha convertido en una persona que no teme a la hora de manifestar su fe puesto que ha entendido que creer en la palabra de Dios es su única garantía para vivir una vida llena de paz y certezas.
Testimonio Diana Luqueño.
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