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Sin importar la hora del día, la familia sucumbía en un ritmo de vida estresante
Para Jessica Peralta todo iba aparentemente bien en su matrimonio, añora con nostalgia aquellos momentos donde su matrimonio recién florecía, y piensa que son recuerdos que jamás olvidaría. Pero después del nacimiento de su hija, tanto su vida como su matrimonio caerían en un vórtice de conflictos, estrés y preocupaciones puesto que debido a las complicaciones de salud con las que había nacido su hija el dolor la tornaba irritable y siempre bajo el llanto.
Sin importar la hora del día, la familia sucumbía en un ritmo de vida estresante, Jessica Peralta y su pareja se sentían atados de mano ante la situación, sin ninguna opción que les permitiera ayudar a su hija con su dolor. Estaba cansada y se sentía frustrada porque sentía que fallaba en su rol como madre, sintiéndose juzgada por las ordenanzas de los demás, lo que sin duda la desmoralizaba aún más.
La relación con su suegra era tensa y siempre a punto de estallar, Jessica Peralta se sentía acosada por las constantes intromisiones por parte de ella en las decisiones que se tomaban en su hogar. Sentía que debido a la situación en la que se encontraba no podía mantener un balance y terminada contra la espada y la pared sin poder ser la madre y esposa que anhelaba ser.
Jessica Peralta estalló un día detonada por los problemas que la agobiaban así que expresó ante su esposo su rendición como madre porque sentía que había fallado, pero su pareja le recordó que no podía fallar, así como Dios no le había fallado a ella.
Tras esas palabras Jessica Peralta trabajó hasta despertar su confianza en Dios, así que mientras la cirugía transcurría oró junto a su esposo con todas las fuerzas suplicando a Dios que les brindara una mano.
Gracias a la obra de Dios, con paciencia y fe ellos lograron no solo lograr la bendición de un cambio en la salud de su hija, sino también atravesar todos aquellos obstáculos que le estaban impidiendo ser felices como pareja.
Testimonio Jessica Peralta.
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