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“El principal motivo que conduce a un adolescente a autolesionarse es el sentimiento de auto-desprecio unido a una intensa ira, generalmente tras algún acontecimiento frustrante en el que se han sentido impotentes. En las autoagresiones, lo más común son los cortes en la piel, aunque también son frecuentes las quemaduras”, explica José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid (España).
El trastorno límite de la personalidad se caracteriza en gran medida por este tipo de conductas autodestructivas producidas por un intenso dolor emocional, e impacta la forma que piensa y siente acerca de si mismo y de los demás, causando problemas para insertarse normalmente en la vida cotidiana. Los jóvenes con este trastorno no se autolesionan para llamar la atención de su entorno.
La prevalencia de estos comportamientos ha aumentado considerablemente en los últimos años, y una de las razones podrían ser las temidas redes sociales.
La autolesión más llamativa y habitual son los cortes en los brazos y las muñecas, generalmente asociado a la autolesión femenina. Pero eso no significa que sea una práctica “de chicas”, el 58% de las jóvenes entre 12 y 19 años se produce lesiones de algún tipo, mientras que en el caso de los varones la cifra es algo menor, el 53,3%.
Cuando un padre descubre que su hijo o hija adolescente se autolesiona, el mundo se le cae encima. Y el sentimiento de culpa, también. Sin embargo, no hay motivos para sentirse culpable y si muchas cosas que entender del comportamiento del joven. Como los motivos que les llevan a hacerlo. Comunicarse con los hijos sigue siendo el mejor modo de prevenir en la medida de lo posible estos comportamientos, pero también de superarlos. Psicólogos aconsejan a los padres mantener la calma cuando se enteran de que su hijo se autolesiona; primero porque no siempre suponen un comportamiento recurrente, y segundo, porque su hijo le necesita más que nunca, desde el cuidado y protección, no desde la angustia y sobreprotección.
En estas prácticas también puede haber una estrategia para aliviar emociones negativas y excitación afectiva, pueden constituir un grito de ayuda o un medio de evitar el abandono o una expresión de la ira hacia sí mismo. Aunque es importante saber que no son conductas que busquen el suicidio: las personas que se autolesionan no están necesariamente en riesgo de suicidio, habiendo muchos que nunca intentan suicidarse o han tenido pensamientos suicidas.
El “cutting” es el acto de cortarse las muñecas hasta producirse heridas superficiales. El objetivo es lograr disminuir ese malestar interno, no sienten ni placer, ni dolor, pero es un acto que contrarresta el sufrimiento que en muchas ocasiones sienten.
Precisamente su sufrimiento debe estar presente a la hora de hablar de ello. Los jóvenes con este trastorno deben saber que somos conscientes de que las autolesiones, en mayoría de los casos, forman parte de unos problemas más amplios, y que les ofrecemos comprensión y ayuda.
