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Mi esposo y yo no podíamos estar sin pelear

Tanto mi esposo como yo pensamos que, estando separados todo sería diferente, pero no fue así.

Mi esposo y yo no podíamos estar sin pelear

– La situación cada día se volvía más insostenible, mi esposo y yo no podíamos estar sin pelear. Incluso para mí, ya era algo normal el estar discutiendo. No podíamos continuar.

– Tomamos la decisión de divorciarnos, por lo que mi hija y yo emigramos para México. Tanto mi esposo como yo pensamos que, estando separados todo sería diferente, que cada uno por fin lograría ser feliz, pero no fue así, cada uno siguió sufriendo aún peor.

– Un cambio de vida vendría cuando empecé a asistir la Universal. Ahí fue donde me di cuenta que mi esposo también estaba asistiendo y que estaba haciendo las cosas seriamente.

– Yo viviendo en México y mi esposo viviendo aquí, Dios fue transformando a cada uno de nosotros desde adentro hacia afuera.

– De esta manera, Dios nos cambió a cada uno y hoy estamos juntos nuevamente. Perseverando en la fe, los dos nos dimos cuenta que con Dios todo es posible.

– Al poco tiempo decidimos volvernos a casar en la Iglesia porque comprendimos que con Dios siempre estaremos juntos. Ahora podemos decir que hemos logrado ver la Gloria de Dios en nuestra vida y en nuestra familia.

Testimonio Berenice Tapia.

Le extendemos una invitación especial para el día domingo donde será realizada una oración de fe para la bendición en su vida y en su familia. También, usted recibirá una palabra que fortalecerá su fe. Acompáñenos este viernes en el 703 S Broadway, en la esquina de la calle 7 en Los Ángeles, California, o en el 625 S Bonnie Brae, Los Ángeles, CA y en la Universal más cercana a usted.

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