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La paz que el mundo no puede dar

La paz que el mundo no puede dar

El principal poder dado por el Espíritu Santo es la paz, como dice Su Palabra: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo”. Juan 14:27. Esta paz que es dada por el Señor Jesús, con la manifestación del Espíritu Santo en nuestro ser, no se encuentra en cosas, lugares, ni personas, sólo se puede encontrar en Él. Y para que exista esta paz en nuestra mente y corazón debe existir una entrega y un pacto.

Una persona solo puede proporcionar a otra lo que tiene, si ella tiene paz, ella dará paz, en cambio si la persona vive angustiada, oprimida y deprimida, eso es lo que ella tiene para dar. Y todo lo que exista en el interior de ella se manifestará a través de sus palabras, su conducta o su comportamiento.

Domingo 25 de septiembre - obispo Cldomir - Broadway

“Así que no se angustien ni tengan miedo”. La angustia viene del corazón y el miedo de la mente. Los fracasos, las frustraciones, las desilusiones y las malas decisiones, son tomadas en la mente y en el corazón. Antes que se fracase exteriormente, ya se fracasó en el interior. Es por eso la importancia de tener el Espíritu Santo y mantener la comunión con Él.  La angustia, el miedo y las dudas siempre vendrán, porque cuando hay problemas, luchas, pruebas, ellas vienen. Todos esos sentimientos van a venir, pero ese no es el inconveniente, el problema es entregarse a ellos. Si uno se entrega será vencido.

La paz que el Señor Jesús nos proporciona se materializa primero con la salvación de nuestra alma, con la seguridad de que todo va a pasar en este mundo, pero que mientras vivamos en él venceremos, porque el Señor Jesús lo venció. Esta es la razón del porqué el Señor Jesús dijo: “paz en la mente y en el corazón”.

Cuando no se tiene la Presencia de Dios y no se tiene una relación con Él, la persona vive en la preocupación, en la angustia, vive dominado por su propia voluntad y su propio querer. Sólo hay una voluntad real cuando se está bajo la voluntad de Él y ella es la que nos trae paz, esta se mantiene hasta el momento de nuestra muerte. En mi caso personal, yo estuve cerca 2 veces de la muerte, mi esposa es testigo de lo que me aconteció. Pero, esto no quitó la paz que sólo el Señor Jesús me ha dado, porque Él me ha dado la paz de la salvación de mi alma y yo tengo seguridad de eso.

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Si usted quiere la paz por la salvación de su alma, usted tiene que vivir en obediencia a Él, viviendo una vida de conducta moral limpia y espiritualmente también. Un punto a observar y que es necesario mencionar que cuando uno se entrega a la preocupación, la angustia, la tristeza o el miedo, entre otros malos pensamientos y sentimientos, se está pecando porque se está dudando y esto no es del agrado de Dios. Y lo que nos separa de Dios es el pecado.

Cuando se tiene la paz que proviene de Dios, puede haber enemigos alrededor, estar pasando por situaciones adversas, pero hay paz y no interesan los problemas que o la situación que uno se encuentre enfrentando, porque la relación que se tiene con el Señor Jesús provoca la confianza y la paz en el interior que nadie puede dar.

Si usted no ha experimentado esta paz, crea que Dios se la quiere dar, pero para que eso suceda usted tiene que entregarse, abandonar el pecado y asumir un pacto con Él, es por lo consiguiente que Dios le dará la paz que nadie en el mundo le puede dar.

Dios le bendiga.