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Sobrevivió a un accidente que fácil pudiera haber acabado su vida
Durante mucho tiempo Pedro Rodríguez estuvo asistiendo a la Iglesia Universal, pero la palabra de Dios no estaba penetrando en su corazón, acepta que su partición era casi nula y que solo asistía por asistir. Engañaba a otros haciéndoles creer que se encontraba bien espiritualmente, pero lo cierto es que algo dentro de él estaba neutralizando su fe y lo dejaba en el medio de un mar de dudas.
Salía a la calle y obrara mal aun sabiendo que su conducta estaba lejos de lo que Dios quiere para él, pero para ese punto Pedro dudaba si en verdad la presencia de Dios estaba a su lado, haciendo que su fe por la palabra se disipara. Esta confusión le causó una gran depresión que lo traía ansioso en sus pasos y la presencia de amistades mal influyentes no ayudaban para nada.
La forma de actuar de Pedro Rodríguez era sin duda del desagrado de Dios, sin saberlo se había sumergido en una vida de tormentos, a veces incluso sentía un asco hacía sí mismo como persona. Su tormento lo llevó a escuchar voces que le repetían formas de acabar con su dolor desapareciendo de esta vida, durante el día su estado de paranoia le quitaba el apetito.
Un día fue testigo de su propio milagro al sobrevivir a un accidente que fácil pudiera haber acabado su vida, pero confiesa que pudo sentir como haber sobrevivido no era más que una segunda oportunidad brindada por Dios. En seguida dejó todo atrás, se alejó de aquellas supuestas amistades y se entregó de corazón a Dios, aprendió a perdonarse y dejar atrás el pasado para ser transformado en una nueva persona a través de la fe.
Testimonio Pedro Rodríguez.
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