Noticias | - 11:51 am
Todo fue hecho de acuerdo con la voluntad de Dios. Si Él Se preocupó con los mínimos detalles de los utensilios del templo, imagínese con la revelación de Su Palabra.
Como podemos ver, Dios escogió hombres y los llenó de Su Espíritu, para que ellos tuviesen la habilidad en el trabajo del arte; la elaboración de los diseños y trabajasen en oro, plata, bronce, lapidación de piedras, tallado de madera y hasta la costura de las vestiduras sagradas de los sacerdotes, además de preparar el aceite de la unción e inciensos aromáticos.
Quiere decir que todos los talentos, sea para la música, para crear obras de arte; cocinar; coser; expresarse en público; vender; comprar; administrar; escribir; medicar, en fin, para todo trabajo en este mundo, vienen de parte de Dios. Pertenecen a Dios y Él los presta a cada uno, según Su voluntad, a fin de que sean usados para Su gloria.
Es sabido que la gran mayoría de los artistas de radio, cine o televisión, y de las personas talentosas en general, han usado esos dones para la gloria de sí mismos y del diablo, en lugar de la gloria de Dios y de promover Su Reino aquí en la Tierra. ¡Pero puede estar seguro que un día Dios pedirá cuentas a cada uno de lo que Él ha prestado!
De la misma forma que Él les dio talentos a aquellos hombres para realizar obras de arte con perfección para Su santuario, Dios también les dio Su Espíritu, para que otros cuarenta hombres escribieran Su Palabra.
Cómo entender la Biblia
Esa es la primera condición para entender la Palabra de Dios. La persona puede haber sido profundamente instruida en la mejor universidad del mundo, pero si no tuvo un encuentro personal con el Señor Jesús, jamás va a tener la capacidad para interpretar la Biblia de acuerdo con la voluntad de Dios. El Espíritu Santo enseña, a través del apóstol Pablo, cuando dijo:
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14
Quiere decir: el hombre natural es incrédulo, carnal y tiene sus ojos espirituales totalmente ciegos por el espíritu de este mundo. Por eso, él cree que es una locura dar el diezmo, dar la ofrenda, ser fiel a la Iglesia, ser marido de una sola mujer (y viceversa), en fin, vivir una vida de acuerdo con la Sagradas Escrituras. ¡Eso es locura para los hijos de las tinieblas! Las cosas de Dios se disciernen espiritualmente y solamente los nacidos del Espíritu Santo pueden comprender Su voluntad.
Continuará…
Fuente: Estudios Bíblicos (autor: Obispo Edir Macedo)
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